Con un día de demora, el cuerpo de Lucas González fue sometido este sábado a la autopsia forense que determinó los causales de su muerte, que se produjo en la tarde del jueves, un día después de haber recibido dos balazos de parte de efectivos de la Policía de la Ciudad en un episodio que aconteció en el barrio porteño de Barracas.
Los resultados preliminares de la autopsia confirmaron que el joven de 17 años recibió un proyectil de arma de fuego en el cráneo que le provocó una "hemorragia meningoencefálica" y un surco en el pómulo derecho de una segunda bala.
El procedimiento que se llevó a cabo en la Morgue Judicial del Cuerpo Médico Forense tuvo una demora relacionada con que los familiares del adolescente que acabó muerto decidieron donar sus órganos.
Una vez realizada la ablación de los órganos de Lucas, había 48 horas para que las partes designaran a los peritos que participarían en la autopsia, lo que generó que se estiraran los plazos previstos.
La familia pretendía realizar en la jornada de hoy el velatorio y posterior entierro, pero probablemente esto quede para mañana.
Por este hecho, fuentes judiciales aseguraron que los policías imputados son el inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial José Nieva, quienes se desempeñaban en la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad.
Los tres quedaron acusados del delito de "homicidio agravado por haber sido perpetrado por miembros de las fuerzas policiales abusando de sus funciones", el cual prevé la pena de prisión perpetua en un futuro juicio oral.
El pedido fue firmado cerca de la una de esta madrugada por los fiscales Leonel Gómez Barbella, a cargo de la fiscalía nacional en lo Criminal y Correccional 32, y el fiscal Andrés Heim, de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), que se sumó a la investigación del caso.
El juez Martín Carlos Del Viso había delegado en Gómez Barbella la instrucción de la causa.
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