Legisladoras a favor de la despenalización tomaron esta medida para hacerlo más digerible, ante aquellos que aún no tomaron una posición a respecto.

A la luz de los últimos “poroteos” que marcan un predominio de la postura antiaborto, diputadas a favor de la despenalización anunciaron este martes reformas al dictamen para hacerlo más digerible a los legisladores que aún no fijaron posición.

A sabiendas de que corren de atrás en la compulsa de votos, se informó al comienzo del plenario de las comisiones de Legislación General, Salud, Familia y Legislación Penal, que el grupo de diputadas que encabezan el proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito habían accedido a impulsar una versión más moderada de la iniciativa, aunque conservando el corazón del texto en torno a la posibilidad de que las mujeres gestantes puedan interrumpir legalmente sus embarazos no deseados con asistencia del Estado hasta la semana 14.

“El proyecto que llega al recinto el 13 de junio seguramente no es el proyecto que nosotras querríamos. Es el proyecto posible, el consenso necesario que estamos aprendiendo a construir para que sea ley en Argentina este derecho por el cual venimos peleando”, sostuvo la diputada de Libres del Sur Victoria Donda.

Uno de los cambios, resistidos por algunas diputadas como Romina del Plá (Partido Obrero-FIT), tiene que ver con la incorporación de la objeción de conciencia, que habilitaría a que médicos puedan negarse a realizar prácticas de interrupción de embarazos involuntarios, bajo la condición de que previamente estén inscritos en un registro público.

Otro punto que los promotores de la legalización del aborto estarían dispuestos a ceder es en lo que refiere a la edad en que una adolescente estaría habilitada para solicitar la interrupción de su embarazo sin consentimiento de sus padres o tutores.

El texto original fija como edad inicial los 13 años, pero para zanjar la polémica, se decidió suprimir ese artículo y que en cualquier caso se deje librada la interpretación a lo que establece el Código Civil y Comercial.

Otra modificación es la inclusión de consejerías de atención integral pre y post aborto, a cargo de equipos interdisciplinarios, una propuesta que estaba incorporada en el proyecto de Daniel Filmus (FpV) sobre aborto legal.

Finalmente, y luego de los cuestionamientos esgrimidos por expositores antiabortistas que sugerían que al permitir abortos luego de la semana 14 en casos de “malformaciones fetales graves” se estaría abriendo la puerta a un plan eugenésico de eliminación de vidas ante un diagnóstico de, por ejemplo, Síndrome de Down, se decidió modificar la redacción del dictamen.

La nueva redacción indica la legalidad del aborto “si se diagnosticara la inviabilidad de la vida intrauterina del feto”, informó la diputada de la UCR Karina Banfi, a favor del proyecto.

“Esa sería la terminología adecuada y es aquella que responde a todos los estándares internacionales en materia de discapacidad”, afirmó. Cuando le tocó tomar la palabra, Carla Pitiot (Frente Renovador) fue implacable en su rechazo a cualquier tipo de iniciativa que tenga como eje la legalización del aborto.

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“No vamos a cambiar nuestro voto, cualquiera sea el maquillaje que quieran poner al proyecto. Para nosotros cualquier proyecto de aborto es extremo. La vida no es negociable y los indecisos tampoco son negociables”, se plantó.

Fervorosa detractora de la legalización, la puntana Ivana Bianchi (Unidad Justicialista) esgrimió que el proyecto no toma “a la vida como primordial” y que toma como premisa que “no hay vida desde la concepción”.

En plena ofensiva, Donda desafió a los diputados que catalogó como “antiderechos” a que “si en realidad defienden la vida” entonces “presenten un proyecto para derogar el artículo 86” del Código Penal, en vigencia desde hace casi 100 años, que permite el aborto en supuestos de violación o peligro a la vida de la mujer embarazada.

“Si defienden lo que llaman el ïbebitoï, que son esos muñecos que regalan, hay que defenderlos a todos, incluso si es resultado de una violación. Qué digan qué es lo que proponen. Nuestra discusión es cristalina como el agua. Nosotros queremos aborto legal. Dígannos por qué hay que seguir con el aborto clandestino”, remató.

A su turno, la diputada del FpV-PJ Daniela Castro calificó al proyecto como “profundamente individualista” y “exageradamente liberal” ya que no toma en cuenta “los derechos de los otros” a los que se les “hace daño”. Por Evolución Radical, Carla Carrizo salió al cruce de estas expresiones y, al referirse al “derecho a la vida” que predican los diputados en contra del proyecto, resaltó que éste “no es absoluto” y que “no lo es por razones positivas”.

Al respecto, mencionó las leyes de Muerte Digna y la que regula el trasplante y donación de órganos.

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