En el gobierno quieren una CGT donde mande uno solo

Con la camisa arremangada y por momentos arengando a los gritos con el “¡Si se puede!”, el jefe de Estado de alguna manera respondió las críticas de las conducciones de las centrales obreras disidentes -Juan Carlos Schmid dijo ayer que “hay quienes nos quieren conducir a una confrontación”- al disparar “no va más el país de la ventajita, el país de la patota o de los comportamientos mafiosos. No me voy a bancar a ninguno que nos quiera llevar por delante. Estoy por ustedes: no para defender a ningún mafioso”.

Los actos por el Día del Trabajador sirvieron para sentar las distintas posiciones en medio del escenario electoral que comienza.

Pese a que en el gobierno insisten que no está roto el diálogo con la CGT, ayer Macri volvió a insistir en los acuerdos sectoriales rechazando, así, la chance de anudar acuerdos con el propio Schmid o Héctor Daer, el otro integrante del triunvirato al que en Balcarce 50 le reconocen una cuota de poder.

Ayer en Obras Sanitarias la conducción de la central de calle Azopardo volvió mostrar las grietas que amenazan la continuidad de la actual conducción: no estuvo presente Carlos Acuña, el tercer integrante del secretariado general, y en las tribunas hubo “cánticos de guerra” entre camioneros y miembros de la UOCRA. No son pocos los que especulan que esas tensiones obligarán a que después de las elecciones de octubre decante una conducción unificada.

Una calificada fuente oficial expresó el sentir de gobierno respecto al futuro de la central obrera: “Queremos uno que mande y tenga poder de decisión”, e insistió con idea de modificar convenios colectivos para mejorar la productividad: “Los empresarios también deben plantear una readecuación de estatutos, no se puede seguir con normas de hace 30 años”, sentenció recordando la propuesta que el año pasado hizo Macri y espantó a los líderes gremiales.

En este contexto, un alto funcionario consultado en las últimas horas por este diario conjeturó que “no tengo muy claro que vaya a haber una unificación en la conducción de la CGT más allá de las tensiones existentes. A la CGT la unifican los conflictos, pero esa falta de liderazgos hace que haya fragmentación” en ámbitos decisorios.

Por enésima vez desde que ocupa el sillón de Rivadavia, Macri volvió ayer a utilizar la frase de Perón que reza que “la estrella polar de un país tiene que ser la productividad” a la que le agregó otra sentencia del “Pocho”: “Cada argentino tiene que producir lo mismo que consume”.

LEA MÁS:

En verdad, el gobierno busca terminar con empresas improductivas y las reformas en marcha tienden a modificar las condiciones de producción y empleo para “hacer más sustentable la economía”.

En este sentido, el Presidente dijo sentirse “contento por estos acuerdos sector por sector en una mesa, diciéndonos la verdad, empresarios, trabajadores y gobierno. Es eso ser productivos, hacer las cosas bien” y citó los entendimientos rubricados por el petróleo de Vaca Muerta y las industrias automotriz y de la construcción.

Por último, Macri hizo el anuncio formal del sistema de Empalme -Triaca lo contó en la edición del domingo de este diario preanunciando tensiones con los movimientos sociales- al recordar que “los planes iban a ser una transición luego de la crisis de 2001 pero pasaron muchos años y los hijos ven que sus padres y abuelos no han podido trabajar”.

El nuevo sistema prevé que beneficiarios de, por ejemplo, Argentina Trabaja podrán mantener sus programas durante 2 años que seguirán cobrando a través de sus empleadores. Cuando una empresa lo contrate con un sueldo neto de $ 12 mil, tendrá un subsidio del Estado del equivalente al plan ($ 4.030).