Tras el triunfo libertario en las elecciones del domingo 26 y la renuncia de Guillermo Francos, el autor analiza el cuadro de situación actual de la política y proyecta el futuro.
Luego del shock del domingo 26 -inesperado hasta para el presidente, según dijo en su discurso post electoral- el escenario marcha al ritmo de Javier Milei. Controlando la pelota con la tranquilidad psicológica de quien va ganando por más de un gol de diferencia, y con el adversario muy golpeado.
Milei está haciendo lo razonable. El resultado fue mejor de lo esperado, por lo tanto, hay que administrar el capital ganado con sabiduría. El domingo a la noche estuvo a la altura de las circunstancias, con un estilo y discurso más institucional, se abrió al diálogo -aunque no con todos- y marcó agenda hacia adelante. No se está apresurando con los cambios de gabinete, Ya había anticipado los días previos al comicio que primero evaluaría los resultados y luego decidiría qué le convenía para encarar la segunda parte del mandato. Ni siquiera queda claro si se va el ministro de justicia.
Los triunfos calman internas y ansiedades, pero no las evitan. Tarde o temprano vuelven a la superficie. En la puja entre Santiago Caputo y Karina Milei, ésta sacó ventaja ya que el esquema político de ir a la guerra con ejército propio, no prestado, dio resultado. Ahora LLA tiene soldados en todos los rincones, al servicio de la causa, y seguramente con aspiraciones personales. No significa que sea una buena milicia, ni que no tenga infiltrados, pero serán huestes entusiasmadas. Este aspecto es muy relevante porque, aun con todas las innovaciones tecnológicas que están afectando a la política, ningún proyecto político se puede consolidar en el tiempo sin una estructura territorial bien aceitada. Las redes sociales son claves, pero no reemplazan a lo tradicional, sino que deben convivir.
Una consecuencia no deseada de dichos conflictos es la renuncia de Guillermo Francos. Un personaje elogiado por todo el arco del poder político y económico como un moderado dentro de un gobierno vehemente. Es una administración que no tiene paz: ni aun arrasando en las urnas logra frenar las disputas y perder, quizá, al mejor funcionario que tuvo en estos 22 meses. Lo reemplaza Adorni. Punto para Karina. ¿Sabrá el exvocero desempeñar el rol de la generación de consensos que le piden Trump, el FMI y el empresariado local? Por su estilo público, no da la impresión.
Los mercados reaccionaron en la semana como era de esperarse, pese a las oscilaciones del dólar. Más allá de los cálculos económicos, creen en la solidez de la gobernabilidad para hacer sus proyecciones. Lo mismo que el empresariado y el propio Trump. En ese sentido, el presidente tiene ahora menos margen de maniobra para desconfiar de la casta si quiere cumplir con su parte de concretar las reformas estructurales que profesa: todos los actores internos y externos se lo piden.
Todos los que apostaron contra Milei salieron perdiendo, sobre todo los gobernadores de Provincias Unidas. Con las características del resultado electoral les será mucho más difícil, sino imposible, contrariar al gobierno en el corto plazo. Se habrá cumplido así una profecía del primer mandatario: que el apoyo de los votos iba a disciplinar al sistema político para no obstaculizar su agenda del segundo tiempo. Dado el shock de la ola violeta, lo más probable es que los mandamases provinciales traten de frenar un poco el ímpetu libertario para no quedar “pintados” en este nuevo escenario, lentificando los debates en el Congreso. Ya se sabe que el presidente tratará de acelerar a fondo.
¿Cómo quedan Macri y el PRO? En el medio del río porque no pueden no apoyar al gobierno con este resultado contundente, y al mismo tiempo no tendrá el expresidente mucho margen para presionar a Milei para que cambie estilos, políticas y funcionarios. El bilardismo oficialista le juega en contra a los amarillos.
Capítulo aparte es la pelea esperada dentro del pero-kirchnerismo dada la inesperada derrota en la PBA. Cristina reaccionó a su mejor estilo, culpando a Axel. Si no hubiera habido desdoblamiento ¿se podría haber frenado la ola violeta? ¿o se los hubiera llevado a todos puestos en el nivel provincial y municipal? Difícil evaluar, pero el hecho concreto es que el 7-S salvaron la ropa y generaron un clima negativo para el gobierno.
¿Pero con ese triunfo lo alertaron al público anti K? Si, pero ¿quién podría haber asegurado que se ganaba por casi 14 puntos en vez de los 5/8 previstos? ¿y quién se animaba a predecir una derrota el 26-O después del caso Espert y los dolores de cabeza económicos? Mucha hipótesis contra fáctica y pocos elementos para los que siempre creen tener la bola de cristal. Por este camino, la confederación peronista difícilmente sea competitiva en 2027 y alentará a Kicillof a desdoblar de nuevo.
Por supuesto que quedan muchos interrogantes por el camino. La pelota está ahora en el campo de LLA, porque el aval fue lo suficientemente fuerte como para que la expectativa se centre en qué hará con el capital político acumulado. Salvo que cometa errores muy groseros, tanto la sociedad como el poder económico difícilmente le presten mucha atención a las críticas. Opositores al freezer.
Carlos Fara es consultor político
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