Vecinos de Lomas de Zamora denunciaron ayer al intendente Martín Insaurralde por presuntamente violar una ordenanza municipal que prohíbe el emparchado de asfalto sobre las calles adoquinadas del distrito, al considerar que “además de ser ilegal, las piedras de granito ayudan a evitar inundaciones”.
“La última irregularidad conocida se registró en el barrio inglés de Temperley, en el que la característica es, justamente, las calles adoquinadas con el arbolado abundante”, explicó ayer Alejandra Erdoiz de la agrupación Fuenteovejuna en declaraciones periodísticas.
“La obra transcurrió en las últimas horas cuando hicieron un parche grande en General Paz, esquina Suárez, donde está Villa Grampa; es un disparate,” detalló.
En este sentido, Erdoiz destacó que “en este caso se trata de un parche, bien localizado, pero hay otros que están muchos más extendidos, como que el adoquinado entre calles está bastante cubierto por esta capa asfáltica.”
Dijo además que “estos parches cubren algún pozo, pero el tema es que, en vez de venir y hacer un trabajo como corresponde, los responsables de estas obras pusieron estas capas asfálticas que es mucho más fácil, aunque están mal hechas y van contra una ordenanza municipal.”
“La Municipalidad debería intimar a los responsables de esto porque cuando llegan empresas como EDESUR o Metrogas, por ejemplo, rompen todo para arreglar cables o tuberías, entonces después deberían dejar todo como estaba antes,” denunció e instó al intendente a que “revea esta decisión y el área a cargo cambie el criterio de ahora en adelante”.
Según explicaron desde la agrupación vecinal, el sustento técnico de dicha ordenanza es que el adoquinado ayuda a evitar inundaciones porque absorbe agua en sus juntas y base de arena, amortigua y retarda el traslado de agua a los barrios bajos.”
“Además modera el calor cuando sus juntas evaporan la humedad, resiste mejor que ningún pavimento, modera la velocidad del tránsito sin necesidad de lomos de burro y tiene un gran valor histórico”.
Al respecto, señalaron que “una parte fue traída de Bélgica como lastre en los barcos que volvían vacíos cuando exportaban granos argentinos a Europa y otra parte fue picada por los presos de la isla Martín García, único yacimiento granítico de la Pampa argentina.