Detuvieron a cuatro hombres y una mujer, que cometían el delito mayoritariamente en casa de jubilados. Entre sus acciones más resonantes, quemaron con agua hirviendo a una abuela de 88 años.
Tras una intensa investigación por parte de las autoridades judiciales varelenses, desbarataron una banda acusada de realizar 12 entraderas en su mayoría a jubilados solamente durante el mes de noviembre, conformada por un total de cinco delincuentes que, entre sus hechos más resonantes, quemaron con agua hirviendo a una abuela de 88 años en las últimas semanas para quitarle sus ahorros.
Este peligroso grupo delictivo cometió verdaderos destrozos y dejó secuelas imborrables en cada una de sus víctimas, a las cuales dañaron físicamente y psicológicamente a través de golpes, torturas y amenazas. La preocupante crecida de entraderas, escruches y asaltos en los domicilios del distrito motivó a los investigadores a actuar y milagrosamente el resultado fue positivo, por lo que los hampones deberán responder ante la justicia.
Las detenciones se produjeron en procedimientos que se llevaron a cabo en Florencio Varela, Avellaneda y La Plata, en los cuales detuvieron a cuatro hombres y una mujer, secuestraron un arma de fuego y teléfonos celulares. También quedó a disposición de las autoridades una camioneta con pedido de captura y no se descartan otros allanamientos para capturar a más ladrones cercanos a este círculo.
En noviembre, esta banda realizó 12 robos en viviendas, siempre apuntando a adultos mayores indefensos, quienes vivían solos en su mayoría. El episodio que desató la furia de la comunidad y generó presión ocurrió en una casa situada en las calles Galli Mainini y Florida, donde torturaron a una abuela de 88 años y luego de revolverle cada rincón de la propiedad, la quemaron con agua hirviendo, provocando severas heridas en su cuerpo.
A otros jubilados los maniataron para llevarse sus pertenencias y lo sorprendente es que muchos de los asaltos se dieron en los mismos días. Esto quiere decir que luego de entrar a robar a una vivienda, salían e iban a otra. Generalmente, los mismos se daban de madrugada, aprovechando la oscuridad y soledad de las calles del distrito, para no alertar a las fuerzas policiales.
Así las cosas, el caso está en manos de las autoridades judiciales varelenses y tanto las víctimas como sus allegados aguardan por sanciones justas y ejemplares contra sus agresores, que se manejaron sin piedad ante ancianos indefensos.
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