El equipo de Fernando Ruiz cayó ante Comunicaciones y dejó mucho que desear en cuanto a su rendimiento. Para colmo, más allá de la polémica, tiene dos bajas aseguradas.
No fue la tarde de Los Andes y lo pagó carísimo. La caída por la mínima ante Comunicaciones, en un encuentro marcado por la falta de juego, las fricciones al límite y las polémicas arbitrales, dejó al Milrayitas fuera de eje, sin invicto en el Eduardo Gallardón y con la sensación de que el bajón no ha pasado. El conjunto de Fernando Ruiz vuelve mañana martes al trabajo con la mente puesta en el duelo ante Liniers.
Lomas visitará el Oeste el domingo, desde las 15.30, y mucho deberá cambiar si quiere ser de nuevo aquel que se quedó con el torneo Apertura de la Primera B. La versión predecible y abúlica que dejó ver ante Comu no lo llevará a buen puerto y puertas adentro del vestuario lo saben.
Las expulsiones de Nazareno Fernández Colombo, la que dio lugar al gol de Comunicación tras sancionarse un penal, y Manuel Brondo, cuando finalizaba el partido, no solo marcan un estado de ánimo en esos 90 minutos, sino que son un reflejo de un momento que está atravesando el Milrayitas y que no logra superar.
Van seis fechas, de las cuales cinco fueron sin sumar de a tres. Para un equipo que buscaba "no jugar una final", como dijo Ruiz para señalar que irían también a buscar el Clausura, este presente dista mucho de ser el deseado. El camino al duelo decisivo podría sufrir un drástico cambio en las próximas fechas si el rendimiento del equipo no levanta.
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