Narcomenudeo, narcotráfico y consumo de drogas, caras de un mismo problema que se agiganta en barrios del Conurbano

Los datos recabados en el estudio, que compara estadísticas de los últimos tres años relevados en aglomerados urbanos con 80 mil habitantes o más, revelan "una situación generalizada que afecta principalmente a las poblaciones más vulnerables, la cual se ve agravada por la falta de políticas públicas efectivas y la normalización del consumo".

En lo que concierne al Conurbano bonaerense, los resultados muestran un aumento en la percepción de venta y/o tráfico de drogas, pasando de 23,1 al 35,6 por ciento en apenas dos años, la que se hace más prevalente conforme aumenta la vulnerabilidad socioeconómica.

"En hogares de clase media alta este riesgo es del 13,4 por ciento en 2023, mientras que alcanza a la mitad de los hogares del nivel socioeconómico muy bajo (40,4 por ciento). Esto no significa que no exista un problema en estratos más altos, sino que es menor su prevalencia, así como también su visibilidad", según se explican los autores del estudio, que fue coordinado por Solange Rodríguez Espínola y María Agustina Paternó Manavella.

Estos números ascienden al 62 por ciento en villas de emergencia y al 70,5 por ciento en barrios de viviendas sociales en 2023, reflejando que las condiciones socioeconómicas y residenciales del hogar tienen "un importante peso" en la presencia del narcotráfico en los barrios

La ausencia de vigilancia policial incrementa el riesgo de venta y/o tráfico de drogas en los barrios a un 41,5 por ciento . No obstante, en barrios que perciben presencia de vigilancia policial solo reduce el riesgo a un 25,6 por ciento.

Lo llamativo de estos datos es que los números son similares a lo obtenido en los relevamientos en el Gran Rosario, a pesar de que en el imaginario social es la zona más candente del país.

Todo esto coincide con lo expresado días atrás por los obispos argentinos al término de la 124ta. Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, cuando advirtieron que "avanza la pandemia silenciosa del narcotráfico, que utiliza a los pobres como material de descarte, que promueve el sicariato, que seduce con dinero manchado de sangre a miembros del ámbito político, de la justicia y del mundo empresarial".

Desde ODSA, señalaron que "el informe busca sumar elementos -y datos empíricos- a un debate público creciente y pretende aportar un diagnóstico de este grave problema con el fin de llamar la atención sobre la expansiva presencia de la venta y el tráfico de drogas en los barrios". Los datos evidencian que se trata de una situación generalizada, pero que tiene también a las poblaciones más vulnerables como sus principales víctimas.

Por ello, se destaca la importancia de abordar con urgencia este complejo problema desde dos ángulos: la oferta y la demanda, para poder lograr soluciones adecuadas, involucrando al Estado, fuerzas de seguridad, la escuela, los medios de comunicación y la familia.