Luego de varias idas y vueltas, finalmente Sebastián Romero se convirtió en el nuevo refuerzo de Quilmes de cara a la próxima temporada en la B Nacional, con la ilusión a cuestas de, de la mano de su experiencia, guiar al equipo hacia el retorno a la máxima categoría del fútbol argentino.
El Chirola, de 39 años, proviene de Gimnasia y Esgrima de La Plata y tendrá su segundo ciclo en el Cervecero, pues había vestido la camiseta del club de la región entre 2011 y 2016, itinerario en el que, por caso, supo ser partícipe del plantel que, con Omar De Felippe al frente, selló la vuelta a la elite.
“Estoy feliz, muy contento de regresar a la institución que me dio muchísimo, donde pasé la mejor etapa de mi carrera y de mi vida”, señaló, de forma contundente, el protagonista.
En declaraciones a FMQ, el mediocampista agregó: “Este es un momento importante para toda mi familia, así que estamos muy contentos con esta posibilidad que se presentó”.
En ese sentido, por caso, el propio hombre había insinuado, en el corto plazo, que si acaso no se allanaba el camino para recalar en el Decano, iba a preferir colgar los botines. Sin embargo, la idea se hizo posible y así es como se enfoca en mostrar su jerarquía en el tramo final de su trayectoria.
“Pasé momentos muy lindos y seguro todos los hinchas lo recuerdan. La verdad que no sabía si iba a volver porque tenía prácticamente cerrada mi carrera en Gimnasia, pero nunca sabés lo que puede pasar y hoy el destino quiso que vuelva a pasar”, resaltó el volante.
Chirola no fue el único que estampó su rúbrica en las últimas horas, pues también ayer se acercaron para concretar su vínculo en la sede de la entidad tanto el defensor Rodrigo Mieres como el delantero Matías Tissera, ambos por un año y con opción de compra del 50 por ciento.