Antes de ser nombrado en la diócesis del norte de Salta, Zanchetta fue vicario episcopal de Asuntos Económicos, apoderado general del obispado de Quilmes y representante legal de todos los colegios de la región.
Poco después de la designación de Zanchetta como obispo de Orán, en 2013, se publicó en la página de internet Change.org una petición pública urgiendo al Papa Francisco a revisar el nombramiento. La petición fue firmada por Santiago Spadafora, médico personal y estrecho colaborador del fallecido obispo Jorge Novak, y otro centenar de laicos y docentes de los colegios religiosos de Quilmes, Berazategui y Florencio Varela que Zanchetta había administrado hasta junio de 2013.
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Hasta 2010, cuando fue despedido bajo circunstancias que aún debe esclarecer la Justicia, Spadafora había ocupado por 27 años la función de representante legal del Instituto Manuel Belgrano de Berazategui, uno de los establecimientos educativos que dependen del Obispado de Quilmes.
“Zanchetta empezó a perseguirme en 2009, promovió mi despido y me hizo una falsa denuncia, sólo porque me opuse a una serie de lamentables decisiones tomadas y transmitidas por escrito”, afirmó Spadafora, quien ya había elevado las constancias del caso en 2011 al entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio.
Zanchetta se encuentra actualmente alejado de su cargo como número dos de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostóilca (APSA) mientras se extienda la investigación en su contra. A fines de 2018, una investigación periodística advirtió que la renuncia de Zanchetta a la diócesis de Orán estuvo vinculada a denuncias por abuso sexual a 3 seminaristas y por abuso de poder contra otros 10 seminaristas, delitos que se habrían concretado entre 2014 y 2015.