Un trabajo de la Universidad de Waterloo (Canadá) detectó que los moldes de silicona liberan compuestos químicos durante el horneado que podrían migrar a los alimentos y al aire.
Un reciente estudio de la Universidad de Waterloo encendió una señal de alarma sobre un elemento cotidiano de la cocina: los moldes de silicona. Según el artículo publicado en el Journal of Hazardous Materials, al exponerse a altas temperaturas, estos productos liberan compuestos químicos que pueden pasar a los alimentos o al aire.
Los científicos evaluaron la migración de estas sustancias utilizando un aceite mezclado con arena como simulante de comida. Durante las pruebas, hornearon durante 6
0 minutos a 177 °C y registraron las emisiones liberadas. Los resultados fueron claros: detectaron 25 tipos de siloxanos cíclicos (D3-D27), una familia de compuestos industriales usada para dar flexibilidad y resistencia térmica a la silicona.
Los investigadores advirtieron que, durante el horneado, estos siloxanos se liberan y pueden ser inhalados o ingeridos. Los niños menores de edad serían el grupo más expuesto por su menor peso corporal y la frecuencia con la que consumen alimentos cocidos en este tipo de moldes.
Aunque aún no se determinó la toxicidad exacta de los siloxanos de cadena larga, los autores subrayaron la necesidad de estudios adicionales para evaluar los posibles efectos sobre la salud general.
Los especialistas sugieren usar utensilios de acero inoxidable, vidrio o cerámica para hornear, evitar el sobrecalentamiento de los moldes de silicona y no emplearlos si presentan desgaste o grietas.
El informe concluye que esta investigación busca abrir el debate sobre la seguridad de los materiales de cocina y la falta de información sobre sus impactos a largo plazo.
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