Dormir una siesta corta potencia tu cerebro, mejora la concentración y estimula la creatividad. Descubrí los beneficios científicamente comprobados.

Según diversos estudios recientes, uno de la University College de Londres (UCL) y el otro del MIT (Massachusetts Institute of Technology), revelaron que dormir una siesta de 15 minutos puede hacer que tengamos un cerebro más sano, más grande, una mayor creatividad y atrasar el envejecimiento entre dos y seis años.

La clave, acotan los científicos, es que las siestas duren menos de media hora. “Estamos sugiriendo que todo el mundo podría potencialmente experimentar algún beneficio de la siesta”, explicaron.

Desde edades tempranas

Dormir la siesta es algo fundamental desde que somos bebés, dado que permite el crecimiento y el desarrollo adecuado del humano, aunque a medida que vamos creciendo, cada vez es más difícil tener tiempo para descansar 15 minutos.

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Sin embargo, una vez que llegamos a jubilarnos, resurge la popularidad de la siesta: un 27% de las personas mayores de 65 años afirma dormir la siesta, según el estudio de la University College de Londres (UCL).

La salud general del cerebro es importante para protegerlo contra la demencia, y esta enfermedad está relacionada con los trastornos del sueño. Los investigadores sugieren que dormir mal daña el cerebro con el tiempo al provocar inflamación y afectar a las conexiones entre las células cerebrales.

Tomando en cuenta este vínculo, la investigadora uruguaya Valentina Paz, de la Unidad del MCR para la salud y el envejecimiento de UCL, cree que “dormir la siesta con regularidad podría proteger contra la neurodegeneración al compensar el sueño deficiente”.

¿Cómo saben que dormir ayuda al cerebro?

Estudiar la siesta puede ser todo un desafío para los científicos. Por un lado puede mejorar la salud, pero por el otro también es cierto que puede dejarnos tan cansados que necesitamos dormir más.

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Estudios anteriores identificaron 97 fragmentos de nuestro ADN que nos hacen más propensos a dormir la siesta o a pasar el día con más energía. El equipo tomó los datos de 35.000 personas de entre 40 y 69 años como parte del proyecto Biobank en Reino Unido y comparó a los “dormilones” con los “no dormilones”.

Los resultados, publicados en la revista Sleep Health, mostraron una diferencia de 15 centímetros cúbicos entre los cerebros, equivalente a entre 2,6 y 6,5 años de envejecimiento.

Creatividad en el cerebro

Por otro lado, en el estudio del MIT, se descubrió que “cuando uno está predispuesto a dormir y hay algún tópico rondando en la cabeza durante el inicio del sueño, puede haber experiencias oníricas que luego pueden usarse para estas tareas creativas”, dice Kathleen N. Esfahany, estudiante de último año del MIT y autora principal del estudio.

La parte creativa del cerebro se pone en funcionamiento durante la etapa inicial, cuando se está somnoliento, entre el sueño y la vigilia.

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Los hallazgos, publicados en Scientific Reports, dicen que las personas que estaban predispuestas a dormir, al momento de pedirles que creen un historia, las crearon con más imaginación que aquellos que durmieron la siesta espontáneamente o permanecieron despiertos. Según los científicos, los resultados indican que cuando está en este estado de sueño, el cerebro establece conexiones más extensas entre varias ideas, lo que mejora la creatividad.

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