Además, El dueño de HLB Pharma y Ramallo S.A., fue procesado con prisión preventiva por la venta de fentanilo contaminado que causó alarma en todo el país.
El caso del fentanilo contaminado dio un giro clave: Ariel García Furfaro, propietario de los laboratorios HLB Pharma y Ramallo S.A., fue procesado con prisión preventiva y le impuso un embargo de un billón de pesos. La medida judicial fue confirmada por fuentes del caso y marca un avance importante en la investigación que sacudió al país.
El juez federal de La Plata, Ernesto Krepak procesó a 15 sospechosos de haber tenido algún grado de participación en la fabricación y distribución del fármaco adulterado que, hasta el momento, causó la muerte de 124 personas.
El fentanilo es un opioide sintético altamente potente, hasta 100 veces más fuerte que la morfina, utilizado en medicina para tratar dolores intensos. Sin embargo, si se consume fuera de control médico, puede provocar sobredosis graves y muerte. La venta del fentanilo contaminado vinculó directamente a los laboratorios de Furfaro con riesgos para la salud pública, algo que generó alarma entre autoridades y ciudadanos.
Según los investigadores, el empresario podría haber omitido controles esenciales en la producción del fármaco, lo que derivó en su contaminación. La fiscalía asegura que estas irregularidades pusieron en peligro la vida de personas que adquirieron el producto, motivando la decisión del juez de imponer prisión preventiva mientras sigue la investigación.
El procesamiento de Furfaro llega en un contexto de fuerte escrutinio sobre laboratorios privados en Argentina y plantea preguntas sobre cómo se regulan medicamentos de alto riesgo. Especialistas advierten que el caso podría convertirse en un precedente para futuras investigaciones sobre producción y distribución de drogas sintéticas.
Mientras tanto, los laboratorios HLB Pharma y Ramallo S.A. enfrentan inspecciones y sanciones adicionales. Desde la justicia aseguran que no se descartan nuevas imputaciones conforme avancen las pericias y se sumen más pruebas. La causa sigue abierta, y las autoridades mantienen la alerta sobre cualquier otro lote de fentanilo que pueda circular en el mercado.
El caso dejó claro que el control de fármacos de alto riesgo es crítico y que la negligencia en su producción puede tener consecuencias fatales, tanto legales como sanitarias.