Los veinte operarios que fueron despedidos esta semana, que mantienen un acampe pacífico frente a la planta, denunciaron que la Policía intentó desalojarlos de la calle sin ninguna orden judicial.

La tensión no cesa en SIAM de Avellaneda. Los trabajadores despedidos, que acampan pacíficamente frente a la planta, denunciaron un intento de desalojo por parte de la Policía y criticaron la “militarización” del lugar impulsada por los responsables de Pilisar SA.

En ese marco, los empleados continúan reclamando que la empresa acate la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo bonaerense. El martes tendrá lugar una nueva audiencia en la sede de la cartera laboral.

Con respaldo de la UOM, todo el personal cumplió un cese de actividades desde el lunes al miércoles, pero ayer los mismo cesanteados les pidieron que levanten la medida, luego de que se enteraran que la empresa los intimara a volver a producir.

Para reforzar su lucha gremial y exigir su reincorporación, realizarán hoy, a las 14, una “reunión de solidaridad” en la planta ,de Coronel Molinedo 1600, Piñeiro. Esperan la presencia de gremios, organizaciones sociales, y de algunos legisladores nacionales como Nicolás Del Caño, Miguel Funes y Luis Zamora, entre otros, que ya les transmitieron su apoyo.

“Los trabajadores de SIAM no bajamos los brazos. No queremos un puesto de trabajo menos, una familia más en la calle ni que haya más cierres de fábricas. Queremos trabajar y que se respeten nuestros derechos”, subrayan en un comunicado.

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Cabe señalar que el lunes otros 20 operarios recibieron telegramas de despidos sin otro razón que “prescindir de sus servicios”. Con ellos, ya son 165 personas las que se desvincularon de la empresa desde agosto.

Alejandra Vercellino, una de las integrantes de la Comisión Interna, exigió que “SIAM abandone la ilegalidad y cumpla la conciliación obligatoria”, al tiempo que exigió que “cese el operativo represivo, las amenazas de desalojo y que se vaya la Policía y la Infantería de la planta”.

Así, relató que “en la madrugada del miércoles a pedido de SIAM comenzaron a llegar efectivos policiales con el objetivo de presionar y atemorizar a quienes venimos manifestándonos de forma pacífica”.

“Nuestra lucha es para defender el pan de la mesa de nuestras familias. No queremos fábricas cerradas y familias con hambre”, concluyó.

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