Ahora hay un “rincón feliz” donde funcionaba un aguantadero

La creación de este establecimiento es el resultado de la lucha y las convicciones de un grupo de madres del barrio, inquietas por todas las actividades ilegales que se sucedían en la casa de Costa 320, los tiroteos y todos los riesgos a los que quedaban expuestos sus hijos. El malhumor fue incrementándose hasta que los vecinos, tras un incidente, decidieron quemar el lugar y convertirlo en la sede del Centro Cultural y Deportivo "Pequeños Vencedores", una asociación vecinal con la que buscaban prevenir todas estas cosas, como recuerda Paula, una joven facilitadora del barrio, en el blog del Instituto de Investigaciones sobre Jóvenes, Violencia y Adicciones.

Muchos chicos comenzaron a acercarse al lugar para participar de los talleres culturales y a practicar deportes, lo que los mantenía un poco más ocupados y los hacía olvidar de drogarse o emborracharse.


A pesar de los esfuerzos de este grupo de madres, encabezado por María Aguirre, no lograron ponerle fin a esta situación de manera inmediata, por lo que hace más de dos años se acercaron al intendente Martín Insaurralde para pedirle apoyo para la construcción de un jardín de infantes.

"Fue en 2013 cuando el jefe comunal comenzó a realizar las gestiones necesarias para convertir este sueño en una realidad, y es así que junto a la Asociación de Empleados de la Administración Nacional de la Aduana que donó los materiales, la comunidad que cuidó este espacio y el municipio que aportó la mano de obra, hoy tenemos un Jardín Municipal más funcionando en el corazón de Cuartel Noveno", valoró el Jefe de Gabinete Guillermo Viñuales.

El funcionario se alegró porque con el comienzo de las actividades "ya no queda rastro de las prácticas ilícitas que supieron afectar este territorio e inquietar al conjunto de la comunidad".

De la inauguración participaron Insaurralde, Viñuales, la delegada de Santa Catalina, Fabiana Alfaya, y las autoridades del establecimiento.