Los malabares, acrobacias y la magia son los ingredientes principales de una historia que por el momento se encuentra en stand by. En Banfield, comenzó a construirse en 2015 un enorme edificio para una supuesta Escuela de Circo, paralizada dos años después. Sin embargo, nadie sabe cómo se gestó ni se desarrolló este proyecto que ahora está a la deriva.
Por ello, a los vecinos de la zona les preocupa las muchas irregularidades que han detectado y que podrían llegar a repetirse en otras obras del distrito.
La enorme estructura, de dos pisos, se levanta en la calle Gallo, entre Av. Alsina y Belgrano, en una zona residencial de la ciudad, donde antes existía un hermoso chalet. Aseguran que nunca se colocó el cartel de obra que detalle el permiso municipal, número de expediente, permisos para construcción en altura, nombre de arquitecto, constructora y otros datos obligatorios que se requiere para desarrollar cualquier emprendimiento de esta naturaleza.
Que no haya trucos
Por ese motivo, exigen a la autoridades municipales que aclare si había otorgado la habilitación y por qué no efectuó los controles pertinentes para hacer cumplir los normativas vigentes. Aclaran que no el gobierno de Martín Insaurralde no puede aducir falta de conocimiento, ya que a la comuna le ingresa dinero por las vallas publicitarias que tiene en la fachada de esta y todas las obras del distrito.
Asimismo, reclaman a la Justicia como a los colegios profesionales de Arquitectos o Martilleros que investiguen estas irregularidades.
Algunos memoriosos de la zona, recordaron que en esa época, cuando se iniciaba el proyecto, repartían folletos donde publicitaban la futura inauguración, en los que aparecía como sponsor el municipio lomense.
Otros, en tanto, se quejaban por los edificios que se construyen “a mansalva” y con “dudosas habilitaciones o aprobaciones de estudios de impacto ambiental”.