El defensor aceptaría la oferta que le hizo el Xeneize, que ya había mejorado la propuesta que desde Núñez le habían acercado a Central. Pasarella y compañía hierven de bronca y tomarían medidas.
Boca le ganaría el superclásico a River por Guillermo Burdisso y abriría una herida difícil de cerrar en su eterno rival, que ya piensa en romper relaciones a nivel dirigencial.
El defensor que viene de ser figura y campeón en Arsenal tenía todo acordado para calzarse la banda roja en el pecho, hasta que Boca se metió en el medio: Daniel Angelici y Julio Falcioni, presidente y entrenador xeneize, llamaron al jugador para convencerlo de ir a la Ribera y finalmente el cordobés ya habría decidido el último destino.
River le había ofrecido a Rosario Central -dueño del pase- 1.750.000 dólares por la mitad de la ficha y había llegado a un acuerdo para llevarse al central, pero Boca mejoró la oferta, se contactó con Burdisso y todo se revirtió. Fernando Hidalgo, representante del central, reveló que en Núñez tenían listo un contrato superior e instaló la duda: ¿por qué el futbolista cambió de opinión?
Boca encontraría así al reemplazante ideal para Juan Manuel Insaurralde, transferido al Spartak de Moscú. River se quedaría con toda la bronca.
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