El equipo dirigido por César Luis Menotti y capitaneado por Daniel Passarella alcanzó la gloria al vencer a Holanda por 3-1 en la final con dos goles de Mario Alberto Kempes y uno de Daniel Bertoni. El descuento para Holanda lo anotó Dick Nanninga.
El trascendental partido, la segunda final de un Mundial que disputó Argentina, subcampeón en Uruguay 1930, la primera Copa del Mundo, se jugó en el Estadio Monumental.
En el torneo participaron apenas 16 equipos (la mitad de los que juegan ahora), y se inició el 1° de junio. El camino argentino arrancó un día después, en la cancha de River, con un esforzado triunfo ante Hungría por 2-1, con goles de Luque y de Bertoni. Cuatro días después, el 6 de junio, superó a Francia también por 2-1, con goles de Passarella, de penal, y otra vez Luque, con un zapatazo inolvidable desde afuera del área inolvidable. La sorpresa llegó en la última fecha, el 10 de junio, al perder 1-0 con Italia. La derrota cambió los planes de Menotti, que aspiraba a jugar todos los encuentros en el Monumental.
Los dos primeros de cada zona se clasificaban a los grupos semifinales, dos de cuatro equipos, que jugaban todos contra todos. Argentina se mudó a Rosario y los siguientes tres encuentros los jugó en la cancha de Central. Allí apareció en toda su dimensión la figura de Mario Alberto Kempes.
El primer rival, el 14 de junio, fue Polonia. Argentina ganaba 1-0 con un cabezazo de Kempes, quien después salvó con la mano una pelota en la línea. Fillol le atajó el penal a Deyna y, en la parte final, Kempes marcó el 2-0 definitivo. Luego pasó el 0-0 con Brasil. La goleada bajo sospecha contra Perú fue el pasaporte a la final, el 21 de junio.
Fueron 25 días en los que el país vibró al ritmo del Mundial. El éxito final ante Holanda combinó la pasión desatada de la gente y la utilización planificada de la dictadura militar.
También, un día como hoy, pero hace 27 años, Diego Armando Maradona disputaba su último partido oficial con la camiseta de la Selección Argentina. Fue en el triunfo ante Nigeria, por 2 a 1, en el segundo partido del grupo. Argentina logró una importante victoria que lo dejaba con un pie en los octavos de final, pero perdería a su máxima figura.
Al terminar el partido, Diego se retiró del campo de juego hacia el control antidoping. La enfermera Sue Carpenter ingresó a la cancha para buscarlo y ambos se retiraron de la mano hacia la zona baja del estadio. La imagen daría la vuelta al mundo.
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