La pelea que hoy sostendrá la argentina Abril Vidal –de apenas 8 peleas- contra la costarricense Hanna Gabriel, por el título mundial superwelter AMB, invita a una reflexión de la FAB para con su disposición de no permitir combates mundialistas a boxeadoras de menos de 10 peleas. ¿Si gana de visitante solamente acá no se la reconocerá?

No importa cuándo lea usted esta nota, si antes o después del resultado. No es esto un anuncio.

Sucede que esta noche la neuquina Abril Vidal va a pelear por el título mundial superwelter de la AMB en San José de Costa Rica, contra una de las más encumbradas y legendarias campeonas que existen en el orbe femenino, la local Hanna Gabriels, de 36 años y 9 como monarca -primero de la OMB-, sin TV alguna.

Lo que emerge es que la neuquina, de apenas 20 años, posee solamente 8 peleas - todas ganadas, 3 por KO-, cosa que se opone a una regla interna que posee la FAB, que exige un mínimo de 10 peleas para aquellas boxeadoras que hayan pasado por la Selección Nacional en el amateurismo, o sean campeonas argentinas, sudamericanas, o continentales –caso Vidal-. De lo contrario, deberán ostentar un mínimo de 15 peleas.

A Vidal, que es campeona argentina y sudamericana, se le exigen 10, que no las tiene.

Por eso la FAB no la reconocerá como campeona en caso de ganar, tal como lo hizo alguna vez con la rosarina Victoria Bustos –que aquella vez peleó igual-, cuando conquistó el ligero FB ante la Monita Esteche.

En Derecho se conoce que las reglas mal hechas, o imperfectas, no se cumplen o caen en desuetudo, al ser contradictorias o absurdas. Y sin querer, éste es un caso típico.

La AMB y todos los países del mundo reconocerían a Vidal como campeona si ganara, salvo la FAB, al menos hasta que cumpla con su 10ª pelea, algo que sucedería en la primera defensa en caso de triunfo, por lo cual sería una incógnita difícil de resolver con coherencia si se la considerará campeona en su pelea 11º, cuando haga su 2ª defensa, o si se lo hará desde la pelea de esta noche. Suena ridículo.

De hecho, a Bustos se la considera campeona desde que ganó su match mundialista ante Esteche, y se le contabilizan a partir de allí todas las demás defensas que hizo de esa corona. ¿De qué sirvió la medida?

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Claro, con cierto tino y saludables intenciones, la FAB intentó en su momento poner límite a una situación donde estaban proliferando sin sustento deportivo títulos mundiales femeninos, y nuestro país -a raíz de eso- llegó a tener cerca de 20 monarcas mundialistas simultáneamente, con apenas un puñado de peleas, bastardeando tales coronas peligrosamente.

Aprovechando el acercamiento de los promotores con los organismos, título vacante que había, título que lo peleaban dos argentinas desconocidas aquí, una contra otra, con el simple requisito de pagar un arancel, lo cual les servía a todos, menos a la seriedad del boxeo y sus cinturones.

Para que esta medida fuera efectiva, la FAB debería haber contado con la conformidad y respaldo de tales organismos, que respetasen nuestra reglamentación no sancionando tales peleas en esos casos, cosa que no ocurrió ni ocurre.

La FAB con una regla interna -que en realidad es una disposición reglamentaria-, no puede alterar el andamiaje de un organismo mundial, poniéndose por sobre éste. Si la AMB –o quien sea- reconoce a alguien como campeón mundial, la FAB no tiene alcance como para contradecirlo.

Vidal está 2ª en el ránking femenino superwelter de la AMB, por lo tanto está habilitadísima y con todo el derecho del mundo para enfrentar a la campeona de la entidad, guste o no.

Es más; muchas otras boxeadoras del resto del planeta tal vez tengan menos de 10 peleas y sin embargo pueden competir por sus coronas. ¿Por qué las argentinas no? Sería absurdo para un organismo internacional contemplar una regla para aplicarla solamente contra un país, además de discriminatorio.

Aquel contexto de 20 campeonas ecuménicas simultáneas no existe más, por lo cual, lo que era un desmadre que ameritaba una medida de control urgente, ya no lo es más, y pasó de una exageración a casi un déficit, con escasas 8 monarcas argentinas actuales, 1 de ellas interina.

Lo que la FAB podría hacer para regular sin perjudicar ni invadir jurisdicciones ajenas, sería aplicar esa regla en confrontaciones locales, es decir, en suelo argentino, máxime entre boxeadoras argentinas y especialmente con títulos vacantes. Pero no puede oponerse cuando nuestra boxeadora va a pelear afuera contra una campeona extranjera, menos si está rankeada en buena ley por el organismo. El sólo hecho de ganar en esa circunstancia sería un mérito.

Decimos esta obviedad –si está rankeada-, porque son muchas las veces en que pelean boxeadoras que no figuran en el ránking, lo cual no debiera habilitarse por atentar contra la seriedad de tales organismos, que hasta eso avalan.

Allí sí habría que exigir pulcritud, por una simple razón de coherencia y respeto por las normas que la misma institución confecciona, que incluye un minucioso listado de retadoras.

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