Las mismas fuentes indican que la decisión cobró forma cuando los dueños del club parisino renovaron a Kylian Mbappé, convirtiéndolo en la referencia de su proyecto y dándole voz en el diseño del nuevo orden deportivo.
Mbappé exigió cambios en la organización y apuntó a la remoción del que fuera director deportivo, Leonardo de Araujo, famoso consentidor de Neymar.
Respecto a Neymar, el francés señaló la inconveniencia de lo que todos ya sabían: su indisciplina sistemática en la rutina de entrenamientos y recuperación.
El delantero galo advirtió lo mismo que señalaba el entrenador Mauricio Pochettino desde las pasadas Navidades: "Ningún jugador debe estar por encima del escudo".
Además del brasilero de 30 años, Luis Campos, flamante director deportivo, tendría una lista de al menos diez jugadores que el PSG quiere vender para aligerar el plantel.
Entre los jugadores que integran esa lista aparecen los nombres de los argentinos Leandro Paredes y Mauro Icardi; si esto se llega a concretar, Lionel Messi se quedaría sin sus compatriotas ya que estos dos se sumarían a la ida de Ángel Di María, que tiene todo acordado con la Juventus.
Es más, resta la confirmación de la salida de Pochettino, quien se niega a resignar un centavo en su contrato vigente; es un hecho que Campos se decidió a reemplazarlo por el francés Christophe Galtier, extécnico del Niza.
Los próximos días serán decisivos para el PSG que quiere evitar otro traspié en su búsqueda de ser uno de los grandes equipos de Europa y no se conforma sólo con mandar en la Liga de Francia.
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