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El astro argentino cumplió una labor de menor a mayor en la victoria de la Selección ante Bolivia por 2 a 1. La Pulga mejoró a la par del equipo y fue determinante en la jugada del gol que le ofreció el triunfo a la Albiceleste.
El capitán del seleccionado argentino de fútbol, Lionel Messi, dejó una buena cara en la victoria frente a Bolivia por 2-1 y se dio el gusto de festejar por primera vez la altura de La Paz, tras tres presentaciones en ese suelo.
"Gran triunfo en la altura, donde siempre cuesta más. Aún queda muchísimo, las eliminatorias recién arrancan y nos alegra mucho haber conseguido estos dos triunfos", escribió el rosarino en su cuenta de Instagram consumado el triunfo que depositó a la Albiceleste en lo más alto de la tabla de posiciones junto a Brasil, ambos con seis puntos.
El astro mundial fue de menor a mayor, mejoró a la par del equipo y fue determinante en la jugada que derivó en el gol que decretó el 2-1 final, convertido por el ingresado Joaquín Correa.
En el primer tiempo, el delantero del Barcelona de España se ubicó en su habitual sector derecho del ataque, aunque salvo en sus intervenciones como ejecutor de la pelota parada, no tuvo mucho contacto con el balón. Un tiro de media distancia sobre el final, fue lo más gravitante del capitán.
En el complemento, y ya con el marcador igualado en un gol, Messi fue encontrando el protagonismo que Argentina necesita y lideró los mejores ataques del equipo de Lionel Scaloni.
Sin dudas, su mejor jugada fue previo al gol de Correa, momento en el cual se sacó dos rivales de encima con su habitual gambeta en velocidad y asistió a un Lautaro Martínez que buscó el segundo de su cuenta personal con un fuerte remate que rechazó el arquero boliviano Carlos Lampe.
Tan solo unos minutos después de esto, la "Pulga" hilvanó la jugada que terminó en el gol del tucumano Correa con recuperación tras una mala salida de la defensa boliviana y un buen pase para Lautaro Martínez, quien luego abrió la pelota para el ingreso por izquierda del ex Estudiantes de La Plata.
El triunfo del seleccionado significó para Messi festejar en la altura de La Paz por primera vez y sacarse de encima el gusto amargo de las dos visitas previas: el 1-1 de 2013 con Alejandro Sabella y el 1-6 de 2009 con Diego Armando Maradona.
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