La escasez en el boxeo argentino es terreno propicio para engendros exóticos difíciles de explicar, como reapariciones sorpresivas, conversiones tardías, o incursiones absurdas, pero pocas veces ridiculeces como los desafíos cruzados entre Acero Cali, el Chino Maidana y Maravilla Martínez.

Hace un par de semanas irrumpió una mini guerra mediática por redes sociales que, en principio, no se consideró demasiado seria y tuvo una repercusión limitada.

Pero el tema Migliore (que cumplió su “amenaza” de subirse al ring) despertó el alerta, y no viene mal abrir el paraguas.

Todo comenzó cuando de repente, sin comerla ni beberla, el “artista marcial” retirado Jorge “Acero” Cali (47 años) desafió a pelear al Chino Marcos Maidana, amparado en que éste quiere volver al boxeo después de un retiro de 5 años. De hecho, está entrenando en USA a tales efectos, en el gimnasio de Floyd Mayweather, y ya firmó 3 peleas con el empresario yanqui Al Haymon, por 1, 3 y 10 millones de dólares respectivamente, con el objetivo de terminar enfrentando a Manny Pacquiao.

Acero Cali, que tiene de retirado en su “deporte” (el kick boxing) un tiempo similar al del Chino (6 años), sabedor de que el santafesino estaba rondando los 100 kg (debe bajar hasta cerca de los 70), se apuró a desafiarlo, como si esto fuese posible, como en el circo.

Lo extraño no fue eso, que hasta resultó gracioso. Lo extraño fue que trascartón, el también retirado que pretende volver a las lides –coincidentemente luego de 5 años- Sergio “Maravilla” Martínez, ni lerdo ni perezoso saltó como leche hervida, y se filmó un videíto desafiando al Kick boxer.

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Que Acero Cali, en su ignorancia, deslice semejante incoherencia, puede entenderse. Pero que Maravilla Martínez, un ex campeón mundial, que conoce las reglas, que sabe lo que se puede y lo que no, que es un hombre pensante (o lo era), preparado e inteligente, entre en esa vorágine tan absurda y olvide las esencias de las cosas, desorienta.

Ya ha pasado que al boxeo, o mejor dicho, a los boxeadores -especialmente si son figuras-, se los use como “atracción circense” –o se usen mutuamente-, generalmente para el catch, la lucha, o los deportes de combate y artes marciales, con resultados poco felices.

Desde Primo Carnera, pasando por El Mono Gatica –a quien le quedó un mal recuerdo contra Martín Karadagian, quien le palanqueó una rodilla y lo dejó rengo-, por el mismísimo Muhammad Alí, Mike Tyson, y últimamente, Floyd Mayweather, la interacción entre el boxeo y el resto de los deportes de combate fueron espectáculos seductores.

Pero salvo en el caso de Floyd, todos estos episodios se dieron con el púgil -generalmente venido a menos, o retirado- invadiendo otros terrenos. Porque para boxear se requiere de condiciones extras, que no se adquieren de un día para el otro.

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Migliore, cuando la culpa no es del boxeo

Ni Cali, ni Migliore, ni emblemáticos deportistas de otras disciplinas pueden boxear sin tener licencia, experiencia amateur, y edad acorde. Y menos ante campeones mundiales, por más retirados que estén.

¿Con qué reglas quiere desafiar Cali a Maidana, o Maravilla a Cali? ¿O creen que el boxeo es una pantomima que por rentable admite cualquier aberración?

Si no fuera por el exceso de figuración mediática archi conocida de los protagonistas, habría que pensar en alguna otra razón para tan fantasioso propósito, que cuesta creer que es en serio.

Figuración, popularidad, prensa, fama, son uno de los los principales motivos que alimentan los retornos imposibles, que convencen a sus respectivos egos de que pueden lograr años después -más viejos, más lentos, más pesados, y menos fuertes-, lo que comprobaron en carne propia que no podían lograr ayer, en épocas de mayor apogeo.

El otro (a veces el único) es el dinero. La plata. Que se acaba, que flaquea, porque sale pero no entra, o al menos, no como antes. ¿O alguien piensa que a Maravilla lo puede sostener el stand up, los libros y el teatro? ¿O alguien piensa que Maidana hizo rentables inversiones y que con su promotora va a suplir los verdes que le llovían sobre el ring?

Es más; ¿por qué Maravilla no redebutó contra otro, cuando se le cayó la revancha contra JC Chávez Jr? Y en el caso de Maidana ¿qué pasará con su promotora Chino Maidana Promotions, ahora que se está dedicando a entrenar para volver, que le perdió su hermano, sin TV, y con apenas dos púgiles firmados (César Cuenca y Jonathan Enis) con los que poco puede hacer? ¿Los hará pelear? ¿Dónde? ¿Cuándo?

En este contexto, pueden entenderse mejor sus pretendidos retornos.

Y no es por hacer autobombo, pero por algo hace 4 años en este espacio se publicó una columna titulada “El gen argentino” (en alusión al retiro de Maidana), que provocó cuantiosos enojos de fanáticos y adulones de turno en esas filas.

En aquella nota, en su antepenúltimo párrafo decía:

“Más no extrañe que dentro de 3 ó 4 años, quizás 5, quizás 10, le pique el bichito. Y en categoría mediano, medio pesado, o pesado, tal vez con menos plata, con menos fama, con menos fuerza y resistencia –pero seguro que con más kilos- quiera volver porque extrañe el ring, por su ego, o vaya a saberse por qué”.

Aparecen en esta nota:

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