A mbas de belleza hipnótica y gestos de muchachas bravas, Marcela Kloosterboer y Celeste Cid, con carreras casi excluyentemente ligadas al género del culebrón protagonizan Las Estrellas, la telenovela suceso de El Trece, provocando a través de sus disímiles personajes, la más absoluta adhesión del mundo femenino y sus vericuetos.
Tras casi dos décadas, las actrices que presentan muchos más puntos en común que desavenencias, se vuelven a reunir en un mismo set, luego de aquel inolvidable ciclo infanto-juvenil Verano del 98.
Hoy más maduras, madres y profesionales realizadas, se plantan con seguridad y ponderan la tira de Pol-ka que encabezan y definitivamente eligió la gente.
Ya antes del estreno vaticinaban que serían parte de la ficción del año y con promedio diario de 15 puntos de rating, al parecer, no se equivocaron. “Confiamos un ciento por ciento que iba a ser la ficción del año”, coincidían entusiasmadas la noche de la presentación de Las Estrellas.
“En primer lugar tiene un gran equipo, productores, actrices, directores, guión, y después buenos libros que creo que es lo principal”, señala la chica de cabellera dorada y sonrisa angelical respecto a la novela que compite cada noche por ocupar el primer puesto del prime time junto con El sultán en la vereda de enfrente de Telefé.
“Sentía que era el momento propicio para volver a trabajar y esta tira reúne todos los requisitos para no poder evitar decir que sí. Es bueno componer a alguien que es tan alejado a vos. Yo soy una de las hermanas con más carácter, fría, distante, tajante, muy directa y la que menos aceptaba el reencuentro con las hermanas. En cambio, en mi vida, yo tengo un gran sentido de la hermandad. Soy muy pegada y compinche con mi hermano. Eso es lo bueno de transitar por un personaje así y de componerlo”, asegura Kloosterboer ante la mirada atenta de su compañera que, en constante cabeceo, ratifica sus expresiones.
“Está bueno además contar historias de mujeres. Como espectadora también lo disfruto un montón y me parece que Pol-ka tiene muchísima experiencia en contar esos relatos. Socias, Mujeres asesinas, Guapas, hay un montón de programas de chicas y creo que para las mujeres siempre es bienvenida una historia que te cuenta cómo sos. Tiene que ver el relato que se cuenta. Y es un desafío porque nunca sabes qué va a pasar. Por suerte a la gente le gustó y mucho”, da cuenta Cid sobre la historia que plantea los enredos centrados en 5 hijas de diferentes madres que se juntan en la lectura del testamento de su padre, donde descubren que para cobrar la herencia tendrán que regentar un hotel boutique por un año de manera exitosa. Precisamente, para ellas, trabajar en equipo de féminas junto a Natalie Pérez como Carla, Violeta Urtizberea como Florencia y Justina Bustos como Miranda, lejos de presentar problema de celos y enérgicas competencias, dicen potenciarlas.
“Es buenísimo trabajar con mujeres. Cada una tiene su lugar bien definido, y cada una tiene su personaje particular. Todos son muy distintos y muy personales”, comenta Marcela, quién en el universo de las hermanas Estrella se convierte en Lucía, una licenciada en comunicación social, que se mueve en el mundo de la publicidad y el marketing, descreída del amor luego de una experiencia traumática en la que en su luna de miel encontró a su marido en la cama con otro hombre.
Al tiempo que Celeste, en la trama ficticia transformada en Virginia, la única que no es hija legítima de Mario Estrella, dedicada a su profesión como abogada y “felizmente casada” hasta que se ve atraída por otro hombre y cambia su realidad, agrega más aspectos sobre la confortabilidad de trabajar en un elenco que protagonizan mujeres.
La comedia romántica sobresale en la grilla de lunes a viernes 21:30 y las entrelaza con los personajes centrales de Esteban Lamothe, Luciano Castro, Nicolás Francella, Gonzalo Valenzuela, Rafael Ferro, Nazareno Casero y Nicolás Riera.
“Para mí la femineidad es todo lo que hay en este mundo. De hecho, en mi biblioteca la mayoría de los libros son de mujeres. También me pasa con mis discos: mi preferido es el de Regina Spektor. Yoko Ono me parece alucinante, Joni Mitchel, podría nombrar a varias”, relata la chica que se destacó en Franco Buenaventura, el profe, Resistiré, Sos mi hombre y Viudas e hijos del Rock & roll, entre tantas.
“Cuando llevo a mi hijo al colegio a la mañana no puedo salir sin rímel en los ojos. Puedo ir en pantuflas, pijama, tapado arriba pero siempre voy a tener máscara de pestañas y corrector en el rostro, sino trato de no salir a la calle. Soy re minita. Tengo todas las coqueterías y todos los problemas también”, devela la morocha. “A mí me van a ver casi adolescente digamos. Nada de estrella”, se ríe, en tanto, su colega que también quedó inmortalizada en recordados ciclos como Son amores, Los pensionados, Valientes, Los Únicos y Herederos de una venganza, entre otros.
Celeste Cid y Marcela Kloosterboer vuelven a encontrarse en una misma ficción tras aquel recordado Verano del 98, la tira creada por Cris Morena que las ubicaba en las personificaciones de Yoko y Josefina Jose Vidal a sus tiernos peldaños de pre adolescencia. Casi 20 años después, ambas actrices se reencuentran en la trama de Las Estrellas no sin recordar con cierta nostalgia ese tiempo en el que se conocieron.
“Trabajamos en Verano muy jóvenes. Pero casi no nos cruzábamos. Teníamos muy pocas escenas. Por eso ahora cuando me convocaron me alegré diciendo: “¡Vuelvo a trabajar con Celeste!”. Con Celes nos sacamos una foto y ya todos nos comentaron sobre Yoko y Jose, nuestros antiguos personajes. Hoy somos Lucía y Virginia Estrella”, recalca Kloosterboer. “Si lo hicimos en Verano del 98, un programa que marcó a toda una generación que gusto es volver a hacerlo en Las Estrellas después de tantísimo tiempo. Verano fue algo muy lindo y que recuerdo con todo mi amor. Me complace encontrarme nuevamente con Marce”, asegura Cid, de inmediato. En el largo lapso las chicas participaron de dos proyectos en común, Conflictos en red y Conflictos modernos, pero no habían vuelto a protagonizar una tira juntas. “¡Enhorabuena!”, repiten estas intérpretes al unísono.
Además de la pasión por el trabajo que hoy vuelven a compartir, a Marcela y Celeste, las une una etapa más o menos parecida de sus vidas.
Ambas fueron madres en el último año y ahora deben repartirse entre las largas jornadas de grabación y el cuidado materno de sus chiquitos. Ese sustancial suceso las “hermana” aún más.
“Es difícil irte de tu casa y dejar a tu bebé. Tiene que ser por algo que solo lo podía hacer si es un proyecto que valiera la pena. En este caso para mí lo vale. Y me voy y estoy feliz durante el día haciendo lo que me gusta. Obviamente para cualquier madre es difícil dejar a su bebé y, más en estos días largos. Pero es así y está bueno para mí y para ella”, afirma una primeriza Kloosterboer que todavía amamanta a la pequeña Juana de un año y medio, hija que tuvo con su pareja Fernando Sieling, quién en 2016 atravesó un complejo problema de salud. En tanto, Cid, que ya tiene a André de 11 años producto de su relación Emmanuel Horvilleur, hoy transita otra etapa de la maternidad junto a su bebé Anton y a su papá: el actor Michel Noher.
“Es complejo en algún lugar porque son muchas horas y llegas a tu casa y las tareas siguen, se acumulan. Y en mi caso es difícil porque todavía no duerme bien a la noche. Pero es propio también de la edad. Entonces nos apoyamos aquí a la mañana con Marce contándonos que no dormí nada y esas cosas. Es un desgaste, pero yo tenía muchas ganas de trabajar y estoy feliz de poder estar acá en esta novela”, da sus razones.
“Sobre todo no es sencillo porque lo llevo a las grabaciones. Ahora empecé a dejarlo un poco porque está más grande y lo puedo dejar 4 horas en casa. Pero lo pasa tan bien que no veo que sea un peso para él acompañarme a grabar. Es super sociable”, desliza, por último.
Amores encontrados, fuego en la sangre y escenas hot entre Lucía (Marcela Kloosterboer) y Mariano -el remisero que compone Luciano Castro- y Virginia y Javo, los personajes de Celeste Cid y Esteban Lamothe.
La pasión crece día a día y con ella se desnuda el cuerpo y el sentir en la trama de Las Estrellas. Fuera de ello, para estas hermosas mujeres, simplemente forma parte de la rutina cotidiana del trabajo.
“No tenemos pudor. Sabemos de qué va la historia y está todo muy cuidado”, explican las actrices con una sonrisa cómplice. La comedia romántica que las vuelve a reunir en la pantalla chica desde el recordado ciclo Verano del 98 pone en juego la sensualidad de ambas al servicio de sus personajes. Al igual que ocurre con sus contrapartes masculinas.
“No es una cuestión de géneros. Enriquece trabajar entre pares y contar nuestras historias, lo que le pasa a cada mujer con su tipología y su elección. La mujer en sí misma tiene su propio poder”, sostiene Celeste Cid, experta en estas lides de encarnar personajes jugados que no temen a la exposición del cuerpo cuando la trama lo demanda. “Marcela Kloosterboer coincide con su par en que “todos damos lo mejor al actuar y hacemos los que nos pida el guión”.
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