"Diciembre 2001", la serie de thriller político basada en el libro "El palacio y la calle", del periodista Miguel Bonasso, que recrea los hechos que llevaron a la profunda crisis socioeconómica de fines de ese año en Argentina, que se estrenó la semana anterior en la plataforma Star+ con los papeles protagónicos a cargo de granes figuras.
Jean Pierre Noher se pone la piel de Fernando de la Rúa, logrando cierta similitud con el fallecido expresidente a partir de un trabajo de maquillaje, y apelando a un tono de voz parsimonioso con ligera tonada cordobesa.
Por su parte, Luis Machín interpreta a Domingo Felipe Cavallo, quien fuera Ministro de Economía en tiempo de la Alianza y del “corralito”. El actor luce más delgado que el economista en aquellos días y la calvicie y el color de ojos lo asemejan en algo al original. Luce el pantalón alto, sobre el vientre, quizá para disimular esa diferencia física importante.
Manuel Callau, por su parte, toma el papel de Raúl Alfonsín, que al lucir el clásico bigote y peinado del fallecido caudillo radical es más sencillo hallarle semejanzas físicas al expresidente y referente de la Unión Cívica Radical.
Por su parte, César Troncoso interpreta a Eduardo Duhalde, quien terminaría en la presidencia tras unos agitados días, Alejandra Flechner es su esposa, Hilda González, o simplemente Chiche en la ficción en la serie, sin parecerse demasiado a la dirigente.
Troncoso, con una peluca muy ficticia, nos recuerda más al actor estadounidense Joe Pesci, quien es un clásico para encarnar a mafiosos ítalo-estadounidenses o a gánsters de poca monta.
Antonio de la Rúa está interpretado por Ludovico Di Santoy con algo de oficio consigue asemejarse al exnovio de Shakira, con el pelo largo que lucía por entonces el hijo del presidente.
Mientras que Fernán Mirás, que supo ser "Tanguito" en el cine, compone a Chacho Álvarez, pero sin dudas que cuesta muchísimo saber si se trata del vicepresidente de la Alianza que renunció a poco de asumir o si se trata de un imitador de Juan Domingo Perón.
Completan el reparto Nicolás Furtado, Jorge Suárez, Luis Luque, Cecilia Rossetto, Manuel Vicente, Vando Villamil y Sergio Prina, en papeles menores de funcionarios de segunda línea o familiares de ellos.
La está tira adaptada por el guionista Mario Segade ("El puntero") y dirigida por Benjamín Ávila ("Infancia clandestina") cuenta con seis episodios de 40 minutos cada uno que la componen.
La ficción sigue a Javier Cach (Diego Cremonesi), un militante político que se desempeña como asesor de la Jefatura de Gabinete en el errático e impopular gobierno de la Alianza, liderado por De la Rúa (Noher), y dentro del que sus convicciones y esperanzas se enfrentarán con el inevitable rechazo al que lo exponen los funcionarios del Ejecutivo.
La trama funcionará como el hilo narrativo para retratar el dramático panorama de la largamente gestada y profunda crisis económica, política y social que golpeó a la sociedad argentina, con la muerte de decenas de personas en manos de la represión policial durante el estallido del 19 y 20 de diciembre, sumada a la renuncia del entonces presidente de forma anticipada, el arrebato de ahorros y la caótica sucesión de cinco mandatarios en una semana.
En entrevista con poco de que se confirmara la producción, Segade consideró que el hecho de que "alguien pueda decomisar tus ahorros quedó como trama perpetua de una película de terror".
"La crisis de 2001 marca un tiempo que me atraviesa y pararme como narrador, acopiando con frenesí todo lo posible y reciclarlo en términos de documento de ficción a 20 años, se transformó en un viaje sin final que que aún continúa", reflexionó el autor de otros reconocidos títulos de la televisión como "Resistiré" y "Verdad consecuencia".
Además, el guionista contó que el desafío de trasladar una historia tan local a una plataforma con llegada global "fue de lo más interesante" que tuvo el proyecto: "Intentamos aquello de 'pintar la aldea', la crisis es singular pero no es desconocida por el resto de los países latinoamericanos que conviven con hechos de este tenor. Acá no hay buenos ni malos: en términos de ficción es la historia real la que se encarga de desplegar esas arbitrariedades", concluyó.
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