Jorge Martínez: "No voy contra la corriente"

l ¿Cómo definiría el tiempo que nos toca vivir?

-Como muy difícil. No es un tiempo tranquilo. Hay una tensión en el ambiente. Hay temas políticos y sociales muy candentes. Existe una especie de tensa revolución pero creo que, en un par de años, vamos a salir adelante.

l ¿Resiste a estos tiempos?

-No. Me dejo llevar, pero dentro de mis pautas. Tengo una línea de conducta, que me fue inculcada por mis padres y mis maestros de la que no me alejo y tengo mi forma de ser que no pienso cambiar.

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l ¿Es ambicioso o conformista?

-Me conformo con lo que he hecho, que no es poco. Este año cumplo 50 años de actuación, en los que hice cuarenta novelas, casi cuarenta películas, 25 obras de teatro, viví seis años en Miami, un año en España, otro en Italia, dos en México y otro tanto en Puerto Rico. Llevé adelante una carrera muy interesante. Cumplir medio siglo con la actuación me hace muy feliz.

l Para usted, ¿lo mejor ya pasó o está por venir?

-No lo sé. Yo me adapto a las distintas épocas, con sus pros y sus contras. Vivo la realidad. No soy pesimista en extremo ni un idealista perdido. Por ejemplo, hoy, en el país, se vive una realidad y yo me amoldo a esta vida, a esta política, a este gobierno, a esta clase media que está surgiendo, a todo lo que sucede. Me adapto a lo que ocurre. No voy contra la corriente. Sólo voy contra la corriente cuando hay cosas que me ponen mal como la violencia de género. Pienso que si todos nos diéramos la mano este país, en dos años, sale.

l ¿Qué mantiene encendida la llama de su pasión?

-Mi vida de actor, mis amigos del club y tener tres hijos maravillosos. Eso me da alegría. No le puedo pedir a la vida más de lo que me dio.

l ¿Y usted no tiene ningún mérito?

-Obviamente, yo tuve mucho que ver con lo que me pasó, pero mi destino estaba casi escrito, sólo que yo lo fui moldeando, esculpiendo y haciéndolo.

l ¿Es usted una persona conciliadora?

-Sí y cómo para no serlo. Yo no me puedo quejar de nada. Al contrario, le agradezco a Dios el empujoncito que me dio para que yo hiciera esta carrera con la que me siento identificado.

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l ¿Qué le falta para ser un gran hombre?

-¡Pufff! Muchas cosas. Un gran hombre todo lo hace bien y es muy correcto y yo me equivoco en algunas cosas que hago.

l ¿Ante qué persona pública se pone de pie?

-Ante muchos colegas y compañeros pero, sobre todo, ante Ricardo Darín, porque él podría haber hecho una carrera en el cine americano y sin embargo se trabajando acá y es considerado como uno de los mejores actores de Europa. Yo ante Ricardo Darín me pongo de pie y me saco el sombrero.

l Económicamente, ¿le costó más hacer o deshacer un matrimonio?

-Hacer. Hoy, en lo económico, la mujer está al mismo nivel que el hombre, si bien en el cine americano hay mujeres que cobran menos que los hombres. En Argentina, ya se están acercando. Antes, las mujeres no votaban, ahora votan, trabajan, ganan dinero a la par de su marido, lo cual es un avance muy importante.

l Estos avances respecto de la igualdad de género ¿se reflejan en el aspecto teatral?

- Hoy está un poco más valorada la mujer. De hecho, hay un espectáculo como el de Fátima Flórez y otro como el de Martín Bossi. Los dos son genios laburando. Creo que esta todo muy igual.

l ¿En qué siente que tiene la sartén por el mango?

-No la tengo ni la querría tener, porque eso implica una responsabilidad muy grande y, sinceramente, no tengo ganas de semejante compromiso.

l ¿Es un buen ciudadano?

-Sí, porque acompaño al que está en el gobierno. No le pongo piedras en el camino.

l Políticamente, ¿cómo se define?

-Como un ciudadano independiente. De todos modos, lamento mucho lo que pasó durante estos últimos doce años.

l ¿Por qué?

-Porque se robaron millones y millones de dólares. Sabés cómo cambiaría el país si no se hubiesen robado tanto. Bueno... ahora nos estamos enderezando.