Keane, una de las bandas más emblemáticas del britpop de las últimas dos décadas, brindó un memorable show para el deleite de sus fans en el escenario del Movistar Arena, el moderno estadio ubicado junto a la cancha de Atlanta en el barrio porteño de Villa Crespo.
De la mano del carismático cantante Tom Chaplin, el cuarteto realizó un repaso de todos sus hits en un concierto plagado de emociones que superó las dos horas de duración, que también incluyó varias canciones de su nuevo disco Cause and Effect, y que marcó el retorno de la agrupación tras un impasse en el que algunos de sus integrantes se abocaron a sus carreras solistas.
Apenas pasadas las 21 horas, el público se unió en una ovación para darles la bienvenida a los músicos sobre el escenario, en el que se privilegió el sonido por delante de una escenografía humilde con un cartel fijo con el nombre de la banda.
Inmediatamente comenzó a sonar Disconnected, seguida por Bend and Break y Silenced by the Night, una de las favoritas de los seguidores del grupo y en la cual la energía del público se acopló como un coro perfecto a la voz de Chaplin.
Luego fue el turno para Phases, Put the Radio On, Everybody’s Changing, Is It Any Wonder?, Strange Room, Leaving So Soon?, Stupid Things y She Has No Time, balada acompañada por miles de luces provenientes de los dispositivos móviles del público.
Cabe destacar que el grupo debió alargar el espacio entre canción y canción debido a las ovaciones que caían desde las tribunas, alentadas por una pregunta que realizó el cantante ante el auditorio para saber cuál público era más ruidoso entre el argentino y el chileno.
Además, el intérprete británico se permitió “bromear” al sentirse como un “Rolling Stones” por el efusivo afecto que le daban los fans al recorrer distintos puntos de la Ciudad durante su breve paso por Argentina.
Love Too Much, This Is the Last Time, Bedshaped, The Way I Feel, Somewhere Only We Know, I Need Your Love y The Lovers Are Losing marcaron el comienzo del fin.
Keane cerró una noche mágica en el Movistar Arena con dos auténticos clásicos Crystal Ball y Sovereign Light Cafe, junto con una ovación más que merecida tras un show en el que la banda dejó todo arriba del escenario delante de uno de sus públicos favoritos.