Mientras la mediática y el jugador de fútbol pelean por su divorcio y la tenencia de sus 2 hijas en común, te compartimos las imágenes que armaron para lo que fue su mega boda, una década atrás.
Una perlita, sin desperdicio alguno, recorre las redes sociales. Es el video antesala de, nada más ni nada menos, que lo que fue el mega casamiento de Wanda Nara y Mauro Icardi, una década atrás. En las imágenes se puede ver varias cosas... Por un lado, cómo eran la conductora y el deportista tiempo atrás.
Y, por el otro, los gestos, miradas y amorosas palabras que se dedicaron, cuando estaban a punto de cumplir uno de sus grandes sueños: convertirse en marido y mujer. "Llegó el momento donde una palabra tuya, me cambiará para siempre...", se le escucha anunciar a Mauro. "Mirarte me hechizó en cuerpo y alma. Te amo", le dedicó, por su parte, Wanda.
"Me encanta su sensualidad y su forma de ser como persona. nos abrazamos, cuando nos besamos, cuando nos tomamos de la mano y sentimos la piel el uno del otro", agregó Icardi. "Lo que me enamora de Mauro es la frescura que tiene, la personalidad, lo auténtico y lo sincero que es", dijo, Nara.
"Me enamora esa locura, tan viva y tan rápida en todo, y tan astuta", remarcó el ídolo deportivo para la liga turca. "Me gustan sus ojos, todo, las pestañas. Su sonrisa, cuando se ríe", expresó Wanda. "Yo quería una compañera y ahora camino junto a la mujer de mi vida", cerró Mauro, con las emociones a flor de piel.
Apenas 150 invitados fueron testigos de la promesa que Wanda y Mauro se hicieron al llegar al altar, 10 años atrás. "Vamos a amarnos para toda la vida", aseguraron sin quitarse la mirada. "Mauro me dijo siempre: 'Este amor va en serio. Te voy a cuidar a vos y a tus hijos y nos vamos a casar para toda la vida. Y formaremos nuestra propia familia'. Y cumplió con todo", supo definir la mediática, en tiempos en los que todavía estaba en pareja con el jugador del Galatasaray.
Wanda llegó al Palacio Sans Souci en un carruaje de época tirado por dos caballos blancos con penachos de plumas rojas en sus cabezas. La acompañaban sus, por entonces, tres hijos: Constantino, Valentino y Benedicto (que tenían 5, 3 y 2 años). Luego, llegaron Francesca e Isabella, fruto del amor con Mauro, durante los años de matrimonio.
Icardi sorprendió con la canción Me quiero casar contigo de Carlos Baute. Sin ningún tipo de pudor y absolutamente enamorado, se paró frente a su novia y le cantó: “Me quiero casar contigo/ Quiero dormir contigo/ Quiero que lleves mi apellido/ Nuestros hijos, tu sonrisa/ ¿Te quieres casar conmigo?/ ¿Quieres vivir conmigo?/ Quiero pasar el resto de mis días/ con tu compañía”. Nara, visiblemente emocionada, solo supo amarlo.
Y el pastor que ofició la boda recordó el pasaje del Evangelio que habla de las bodas de Cana, en el que habiéndose terminado el vino, Jesús convirtió el agua en un vino de gran calidad. “Y cuando el maestresala lo probó dijo: ‘Todos sirven primero el buen vino y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el buen vino hasta ahora’. Y el matrimonio, verán, es como ese vino: es mejor al final, cuando pasan los años”, les dijo a los enamorados, en ese momento felices, por la unión que estaban concretando.