Paula Morales: "Me guío por la intuición"

-Tal vez, en algunas situaciones, soy algo torcida pero, en general, me considero una mujer derecha, que no es lo mismo que decir de derecha (risas).

l ¿Para qué redobla su fuerza?

-Le pongo mucha garra al trabajo porque soy muy autoexigente y quiero que todo salga impecable. Si la función no salió como esperaba, me quedo maldiciendo un largo rato. También le pongo fuerza a mi trabajo de madre, a la crianza de mis hijos. Soy muy activa. Todos los días me levanto con mucha energía para enfrentar la jornada.

l ¿En qué terreno de la convivencia le cuesta ceder?

-En casi ninguno. En casa somos seis y, en determinadas situaciones, Fabián (Vena) y yo cedemos para que todo funcione. Nos ayudarnos entre los dos, sobre todo, con los horarios. Somos muy compañeros y tenemos muy en cuenta lo que el otro necesita y lo que le hace bien al funcionamiento familiar.

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l De usted misma, ¿qué le sorprende?

-Todas las barreras que sorteé para poder actuar. Desde chica, siempre fui muy introvertida, no me veía actuando profesionalmente. De a poco fui venciendo mis obstáculos mentales que tenían que ver con algunos miedos.

l A las situaciones conflictivas, ¿las enfrenta?

-Sí, pero con espíritu conciliador. Me cuesta decir las cosas que me molestan. En general, me las callo. No me agrada confrontar.

l ¿Qué reflexión le merece el dicho: “Lo que no te mata, te fortalece”?

-Creo que a todos, en la vida, nos pasan cosas complicadas y superarlas te hace más fuerte. A medida que pasa el tiempo, uno mira hacia atrás y dice: “Pensar que no iba a poder salir de esto y, sin embargo, estoy acá, está todo bien y estoy más preparada para lo que viene”.

l ¿En qué siente que tiene un Dios aparte?

-No lo sé, siento que tuve mucha suerte. Poder hacer lo que me gusta y tener la familia que siempre quise tener, me hace sentir muy afortunada. Estoy agradecida a la vida. No debería ser un privilegio hacer lo que a uno le gusta, pero lo es.

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l ¿Qué la ordena?

-Cumplir con mis horarios. Vivo pendiente de mi agenda escrita a mano, la chequeo el día anterior para saber cómo me voy a organizar al día siguiente.

l De lo cotidiano, ¿qué se le hace cuesta arriba?

-Dormir poco. En general, no duermo ocho horas, porque llego tarde del teatro y al día siguiente me tengo que levantar muy temprano y, a veces, de madrugada se despierta el más chiquito y me desvelo. Eso se me hace cuesta arriba.

l Cuando se mira al espejo, ¿qué ve?

-Veo una mujer fuerte, plantada, libre y que lleva a cabo su deseo.

l Si le dijera que las apariencias engañan, ¿qué respondería?

-Que sí, pero no mucho. Yo me guío bastante por la intuición. Con sólo cruzar algunas palabras con alguien advierto cómo es aunque, admito, que me he llevado más de una desilusión.

l ¿Qué tres experiencias esenciales deberían vivirse?

-Para mi, viajar, aprender de otras culturas, actuar, ser madre y llevar adelante una familia.

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l ¿En qué causa se embandera?

-Tengo una posición tomada en casi todos los temas. Cuando existen cuestiones que me exceden o que desconozco, me mantengo al margen, escucho e intento aprender.

l ¿Cómo le resulta vivir en la Argentina actual?

-Amo la Argentina y me encanta vivir en Buenos Aires. A mi me va bien, pero soy consciente que vivir en la Argentina es difícil.

l Cuando los momentos felices pasan, ¿qué queda?

-El recuerdo de esa linda sensación. Yo intento quedarme siempre con lo bueno de lo que viví.