La Selección Argentina no dependió de la presencia de Lionel Messi para derrotar a Paraguay por la tercera fecha de las Eliminatorias Sudamericanas. Sin embargo, los minutos del astro en cancha dejaron su marca: intentó un gol olímpico que venció al arquero, pero reventó el palo. Era un golazo...
Había que cerrar el Monumental. Lionel se acercó a la esquina derecha, donde recibió el cariño y la ovación de los hinchas presentes en ese sector de la cancha, acomodó la pelota, levantó la cabeza y la acarició con su zurda cristal. No fue un centro más: la pelota se fue cerrando y recorrió todo el arco, batió a Carlos Coronel, pero por centímetros no entró y pegó en el poste.
Messi pudo haberse tomado revancha sobre el final del partido, con un tiro libre casi en la puerta del área, de esos a los que le saca jugo. Sin embargo, la suerte volvió a estar cruzada para el futbolista de Inter Miami, porque pese a la excelsa calidad del remate, el tiro se estrelló en el palo derecho del arquero paraguayo.
Fueron el segundo y tercer palo respectivamente que tuvo la Selección Argentina durante 90 minutos casi perfectos -con pasajes mejores que otros, y con un primer tiempo deluxe-. Rodrigo De Paul también había reventado el caño con un disparo de derecha en la primera etapa.
De todos modos, Argentina ganó y volvió a dejar buenas sensaciones en jugadores, cuerpo técnico y fanáticos, tanto los presentes en el Monumental como los que lo siguieron por TV. Y por eso, el córner olímpico de Messi quedará en el recuerdo con un sabor dulce, como esa genialidad -una más- del 10 que no entró por cuestiones del azar.
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