Los blanquiazules firmaron un fútbol gris en la primera parte, sin pisar el campo contrario. Los azulgrana, que no perdían desde la Supercopa de España, no estaban inspirados en la puntería. Y tampoco se vio a un Messi voraz. En cuanto el argentino falló la pena máxima, el Espanyol cambió el registro y buscó el gol.
Los de Valverde controlaban el choque. El balón era suyo y estaban instalados, salvo alguna excepción, en el campo rival. Gerard Moreno, solo arriba por el cambio de dibujo táctico, no tenía margen de maniobra y la creación blanquiazul era tosca. Era, en definitiva, un monólogo azulgrana, aunque impreciso en la pegada.
Óscar Melendo, canterano blanquiazul, culminó una jugada de Víctor Sánchez y Marc Navarro, que fijó el balón en el punto de penal. Melendo aprovechó el primer remate claro de jugada entre los tres palos del equipo para firmar el 1-0 definitivo, rompiendo así una racha de diez temporadas sin ganar al Barcelona como local.
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