En un partido que pintaba impreciso durante el primer tramo, con dos cachetazos en el amanecer del segundo tiempo Estudiantes de La Plata dejó en la lona a Independiente y le ganó por 2-1 en 1 y 57 por el arranque de la Zona B de la Copa de la Liga Profesional.
El histórico Mauro Boselli abrió la cuenta para el Pincha antes de que se cumpla el minuto de haber salido de los vestuarios. En tan solo segundos, el delantero metió un sutil frentazo cruzado tras el centro perfecto de Manuel Castro y se la puso al lado del palo a Sebastián Sosa.
El Rojo quedó groggy por ese tempranero golpe de los dirigidos por el Ruso Zielinski e inmediatamente el dueño de casa amplió la diferencia: a los 8 minutos y otra vez desde las alturas, el uruguayo Agustín Rogel le puso la cabeza a un tiro libre de Fernando Zuqui desde la derecha para el 2-0.
Independiente, que poco había ofrecido en el primer tiempo, mandó a la cancha a Damián Batallini y el ataque empezó a tomar color. Después de algunos acercamientos al arco de Andújar, aconteció un córner que le abrió la puerta al Rojo para el descuento: Andrés Roa elevó un tiro de esquina desde la izquierda, la pelota quedó merodeando el punto penal y Joaquín Laso la empalmó justo.
Mientras Independiente se entusiasmaba con empatar, Estudiantes se quejaba porque el colombiano Roa había acomodado la pelota fuera del semicírculo del córner y por un agarrón que Leandro Fernández cometió dentro del área antes de que Lazo la empuje al objetivo.
Con escasas producciones colectivas y un campo que no se prestaba para ello por su pésimo estado, Estudiantes e Independiente lucharon más de lo que jugaron. Las ocasiones fueron intermitentes y casi sin peligro, salvo la inmejorable chance que tuvo Batallini al cuarto minuto de adición, cuando metió una media vuelta a quemarropa dentro del área que Andújar tapó a puro reflejo.
Fue victoria para Estudiantes, que aprovechó de la mejor manera el descuido de Independiente después del descanso y se plantó con inteligencia cuando peor la pasó. Lo de Independiente fue muy pobre, de poco peso ofensivo. Logró acomodarse en el complemento y Batallini dejó buenas sensaciones, pero el funcionamiento que pretende Domínguez está lejos de la mejor versión.
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