El piloto argentino reveló que Gabriel Bortoleto es su mejor amigo del paddock. Además, mencionó a Fangio, Senna y Hamilton como sus referentes.
Franco Colapinto tuvo una entrevista íntima con el canal oficial de la Fórmula 1. El piloto argentino, quien se encuentra como titular en Alpine, se describió como “humilde, cariñoso y apasionado”. Además, destacó a Gabriel Bortoleto como su mejor amigo dentro del paddock y contó a que tres personalidades de la historia de la categoría invitaría a una cena.
Colapinto, quien el próximo viernes comenzará su participación en el GP de Azerbaiyán, detalló su relación con el brasileño Bortoleto, corredor de Haas: “Lo conozco desde hace mucho tiempo, cuando jugábamos karting. Es un buen tipo y ambos somos latinos. Es con quien me siento más cercano”.
Y luego reveló con quienes le hubiera gustado compartir una comida de toda la historia de la F1: “(Juan Manuel) Fangio, (Ayrton) Senna y Lewis (Hamilton). Estos son los que más admiro, con los que crecí y los que fueron mis héroes desde muy pequeño. Solo escuchar todas sus historias en el deporte, en diferentes momentos y épocas… Creo que escuchar esa diferencia entre cómo conducían antes y cómo eran los mejores en cada momento… Leyendas hermosas, sin duda, y un buen resumen de la historia”.
Por otro lado, el pilarense de 22 años recordó su momento más destacado en la Fórmula 1. “Creo que fue en Bakú el año pasado, mi segunda carrera. Estar en la Q3 y en los puntos (terminó octavo con Williams) fue de lo mejor hasta ahora. No tenía preparación, así que fue un comienzo bastante bueno e impresionante”.
Respecto a su presente, el bonaerense contó: “Me encantaría aprender francés. Lo estoy aprendiendo poco a poco, con el tiempo y hablándolo un poco más. Con Pierre (Gasly) hablamos mucho francés, pero me encantaría entender todo lo que dicen”. Además, explicó: “Se dialogar en español, italiano e inglés. Algo de portugués, pero no puedo decir que sea un cuarto idioma; ¡quizás tres y medio!”.
Finalmente, el deportista reveló que fue a una escuela técnica en la que aprendió mucha ingeniería y reflexionó: “Quizás sea un trabajo que podría intentar, pero hay mucho que estudiar, ¡y no me entusiasma mucho!”. Luego, rememoró cuando comenzó su gusto por el deporte motor: “Fue cuando me regalaron mi primer quad a los cuatro años. Conducía desde los tres. Siempre me ha gustado la velocidad, algo que te da esa adrenalina y esa sensación de ir al límite”.
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