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Tras comenzar ganando 2-0 en los primeros ocho minutos, San Lorenzo logró una sufrida victoria 2-1 ante el Arse en la cual los Romero ingresaron desde el banco.
La presentación de Diego Omar Dabove como entrenador de San Lorenzo en la Copa de la Liga Profesional fue con una trabajada victoria ante Arsenal de Sarandí por 2-1 en el marco de la primera fecha de la Zona A.
El encuentro se disputó en el estadio Pedro Bidegain y los goles del Ciclón los marcaron Bruno Pittón y Franco Di Santo, mientras que para el equipo de Sergio Rondina el autor del descuento fue Julián Navas.
San Lorenzo salió a la cancha decidido y plasmó sus intenciones en el resultado. Habían pasado tan solo cuatro minutos cuando Bruno Pittón puso en ventaja al local con una eficaz definición tras un centro de "Uvita" Fernández que provino desde la derecha.
La rápida ventaja permitió que el Ciclón se acomode y desarrolle su juego con mayor tranquilidad. Juan Ramírez y Fernández generaban constante peligro para el equipo del Huevo Rondina, que no encontraba el rumbo e iba a sufrir un nuevo golpe al poco tiempo.
El reloj marcaba ocho minutos cuando Franco Di Santo convirtió el segundo tanto y cumplió su bautismo de gol con la camiseta azulgrana. El grito llegó gracias a un certero cabezazo con el parietal izquierdo que castigó al arquero Nicolás Navarro luego de un centro que llegó desde la derecha.
Tan enérgico fue ese arranque de San Lorenzo que a los 13 nuevamente pudo ampliar el marcador a través de un tiro libre que Ramírez ejecutó con el botín izquierdo pero el ex arquero del Ciclón, ahora en el equipo del Viaducto, se lució con una atajada espectacular y le dio vida al visitante.
Pese a estar prontamente abajo en el marcador, Arsenal no decayó e intentó nivelar el encuentro utilizando su herramienta fundamental para lastimar: la pelota parada.
Bajo esa misma fórmula llegó el descuento para los de Sarandí a la media hora de juego, porque luego de una jugada elaborada desde un tiro de esquina Julián Navas metió un frentazo en el segundo palo y mandó la pelota al fondo de la red.
En el segundo tiempo, impulsado por haber descontado, el conjunto de Rondina fue por el empate, pero se encontró con un sólido bloque defensivo y padeció su falta de contundencia en los últimos metros.
Los ingresos de Ángel y Oscar Romero a los 63 y 73 minutos, respectivamente, inyectaron calidad y velocidad en el ataque del local, que del otro lado sufría los constantes centros, la mayoría producto de tiros de esquina y tiros libres que generaba Arsenal. Sufríó San Lorenzo, pero festejó y empieza a soñar.
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