Las cartas están sobre la mesa: para jugar, los clubes tienen que estar al día con sus planteles al menos hasta el 30 de junio.
Ayer, Newell’s, el club que tiene las mayores complicaciones financieras, mantuvo una reunión con Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) para demostrar el compromiso e intentar correr el límite para ponerse al día.
La Lepra ganó unas horas y tiene hasta la mañana del jueves para demostrar sus papeles.
Los clubes deberán presentar un libre deuda en formato de declaración jurada que certifique los pagos con plantel.
Hoy hasta el 30 de junio, pero cada mes se corre el límite: si existe un retraso mayor a los dos meses, el club en cuestión perderá los puntos que tenga en juego. Si miente en la declaración jurada, se le descontará el doble.
Al cierre de esta edición, el presidente de la Superliga no tenía el detalle de los clubes que peligraban su inicio, ya que excepcionalmente las primeras dos fechas no serán jugadas por aquellos clubes que presenten deudas. Si bien los organizadores del torneo son optimistas, el único club que no podría presentar la declaración jurada es Newell’s.
El club rosarino había intentando pagar la mitad de la deuda y el saldo en tres cuotas, pero no tuvo el visto bueno del gremio. Los directivos ajustaron montos con sus sponsors y arañaron la cifra final, pero minutos antes de la reunión con Sergio Marchi, una de las marcas que aportaría cinco millones de pesos se echó atrás, por los términos del acuerdo.
De los 25 millones de pesos reclama el gremio, 10 millones ya fueron saldados, la Superliga adelantaría un porcentaje de los derechos televisivos -unos cinco millones- y los 10 restantes llegarían a partir de un préstamo de un grupo financiero con el aval de pases de algunos juveniles.
Claro que una venta -un porcentaje de Milton Valenzuela le reportaría 900 mil dólares al club-, cambiaría el panorama.
Banfield y Huracán eran -junto a la Lepra- el trío de deudas más abultadas, pero tanto el Taladro como el Globo saldaron la situación.