Romina Atencio es coach y mentora de mujeres y parejas. Para cualquier consulta, comunicarse al correo electrónico [email protected]. Instagram: @diosalmica. YouTube: @rominaatenciocoaching.

Vivimos corriendo. La mente se adelanta a lo que falta hacer o se queda atrapada en lo que ya pasó. Pensamos en la lista interminable de pendientes, en el trabajo, en lo que dijimos o en lo que deberíamos haber hecho distinto. Así, entre el pasado y el futuro, nos olvidamos de lo único que en verdad tenemos: el presente.

Aunque suene simple, vivir en el aquí y ahora no es un eslogan ni una frase de moda: es una necesidad vital para nuestra salud física y mental. Cuando habitamos el presente, nuestro cuerpo se relaja, nuestra mente se calma y nuestra alma encuentra un espacio de descanso.

Porque creo que es una de las cosas más importantes de la vida, aprender a habitar el presente, a abrazar la incertidumbre, decidí dedicarle varios días a este asunto. Hoy, el sábado que viene y el próximo vas a estar recibiendo como si fueran entregas de diferentes miradas, metafísicas, espirituales, científicas, diferentes, ejercicios y técnicas, para que aprendas a anclar en el presente.

Me encantaría poder entregarte todo un solo sábado, pero los espacios son limitados. Por eso, te invito a que nos reencontremos el sábado que viene para seguir aprendiendo.

La mente nunca se detiene

Nuestra mente es una máquina maravillosa, pero también puede convertirse en una jaula. El diálogo interno constante, las preocupaciones y los pensamientos que giran sin parar hacen que vivamos como si estuviéramos en un estado de “alerta” permanente.

Ese estado activa continuamente al sistema nervioso y libera cortisol, la hormona del estrés. El cuerpo, entonces, empieza a dar señales: cansancio, insomnio, contracturas, problemas digestivos, dolores de cabeza. A la larga, incluso se debilita el sistema inmunológico. En otras palabras: cuando no estamos presentes, nuestra salud lo resiente.

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Las pequeñas pausas físicas son claves para volver al ahora.

Las pequeñas pausas físicas son claves para volver al ahora.

Lo que dice la ciencia

La ciencia viene confirmando lo que la sabiduría espiritual repite desde hace siglos: el presente es medicina. Numerosos estudios sobre mindfulness, meditación y prácticas de atención plena muestran que estas reducen el estrés, mejoran el ánimo, ayudan a la concentración y fortalecen la salud física.

Deepak Chopra, médico y referente mundial en medicina cuerpo-mente, explica que cuando vivimos en el presente “el organismo encuentra un estado de equilibrio natural” y la energía vital puede fluir. Del mismo modo, el neurocientífico Joe Dispenza señala que cuando dejamos de revivir el pasado o de anticipar el futuro, el cerebro puede “crear nuevas conexiones” que nos ayudan a sanar y transformar nuestra realidad.

La mirada espiritual

Más allá de lo científico, todas las tradiciones espirituales señalan lo mismo: la vida ocurre aquí y ahora. El pasado es memoria, el futuro es posibilidad, pero la única realidad concreta es este instante.

El escritor Eckhart Tolle, en su libro 'El poder del ahora', recuerda que la mayoría de nuestros problemas no existen en el presente, sino que son proyecciones de la mente. Cuando logramos habitar el instante, entramos en contacto con algo más grande que nosotros: la vida misma, el universo, lo divino. Esa conexión trae paz, no porque los problemas desaparezcan, sino porque los vivimos desde otro lugar, con más serenidad y confianza. Probarlo en tu vida cotidiana. En este instante que estás leyendo este artículo, realmente qué está pasando en tu vida? Estás disfrutando un café, un té, un mate, un vaso de agua? Esos son tus problemas en el presente. Lo demás o ya pasó, o todavía no ocurrió.

El presente como refugio

Mucho del sufrimiento humano surge porque revivimos una y otra vez escenas del pasado o porque proyectamos futuros llenos de miedo. El presente corta ese ciclo. Es como apretar el botón de “pausa” en una película repetida.

Viktor Frankl, psiquiatra y sobreviviente de los campos de concentración, enseñaba que, incluso en medio del dolor más grande, el ser humano conserva la libertad de elegir cómo posicionarse ante lo que vive. Esa elección sólo puede darse en el ahora. Y ahí radica el poder transformador del presente: en recordarnos que, aunque no podamos controlar lo que ocurre, siempre podemos decidir cómo atravesarlo.

Romina Atencio

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Pequeños gestos para volver al ahora

No se trata de escapar del pasado ni de dejar de planear el futuro. Se trata de no perdernos la vida que ocurre en este momento. Y hay formas sencillas de recordarlo:

- Respirar con atención: detenerse unos segundos y observar la inhalación y la exhalación.

- Anclar en el cuerpo: sentir los pies en el suelo, estirarse, mover suavemente el cuello. Estas pequeñas pausas físicas, podés hacerlas sin moverte de tu silla. En la oficina, o si manejas un taxi, lo que sea, en un semáforo o entre un correo electrónico y el otro, podés movilizar tu cuello, estirar tus brazos, respirar profundo, inflando, bien tus pulmones.

- Observar con detalle: mirar el cielo, un árbol o una flor como si fuera la primera vez. Hay un hermoso ejercicio, que nos invita a tomar un objeto, y observarlo al punto de describirlo en detalles. Es un hermoso ejercicio de mindfulness que te recomiendo, al menos una vez al día.

- Hacer una sola cosa a la vez: comer sin celular, escuchar de verdad a alguien, trabajar sin 1.000 distracciones abiertas. Sé que es un desafío en la vida moderna. Apagar la televisión, dejar el teléfono, trabajar. Pero es importantísimo que mientras que comés por ejemplo, puedas hacerlo en conciencia plena. Disfrutando de los sabores, porque esto no sólo te ayuda a estar más en presente, sino que también tiene que ver con tu salud física.

- Agradecer: elegir algo del presente, aunque sea pequeño, y reconocerlo con gratitud (en lo particular, te recomiendo que escribas aquellas cosas por la que estás agradecido o agradecida cada día. Vas a notar una diferencia inmensa).

Estos gestos cotidianos son puertas de entrada al presente. No requieren tiempo extra, sólo intención.

La plenitud de estar aquí

Cuando aprendemos a volver al ahora, descubrimos una forma distinta de vivir. Disfrutamos más, nos preocupamos menos, encontramos belleza en lo sencillo. La salud se fortalece porque el cuerpo deja de estar en tensión constante. La mente gana claridad. Y el alma respira en libertad.

Vivir en el presente no es negar la realidad: es abrazarla. Es reconocer que el único lugar donde podemos transformar algo, sanar y crecer, es este instante. Y en ese reconocimiento encontramos plenitud. Si sentis que te convoca esta información y te sentis listo o lista para aprender a habitar el presente, te invito a que me sigas en las redes para no perderte nuestros encuentros presenciales que se vienen en este último trimestre del año! Vamos a compartir talleres de meditación, respiración consciente y mucho más!

Mi Instagram: @diosaalmica. Mi tiktok: @diosaalmica te espero! Romi.

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