La filosofía "lagom", concepto de origen sueco, cada día suma más adeptos en todo el mundo y, según sus seguidores, podría ser la clave para alcanzar la felicidad.
"Ni demasiado poco ni en exceso: en su justa medida", es el refrán que resume lo que plantea esta filosofía. Lagom, pronunciado "logom", define la cantidad perfecta, en el punto medio, planteamiento que el propio Aristóteles postuló en el siglo IV a.C.
La búsqueda del equilibrio, el placer de compartir y la moderación como claves para el bienestar y la felicidad son los pilares de esta "forma de encarar la vida".
Existen varias teorías sobre el origen de la palabra lagom, por ejemplo, el diccionario de la Real Academia Sueca determina la etimología como una vieja declinación de la palabra "lag" (ley), asociada, más que al marco jurídico, al sentido común.
Otro posible origen hace referencia a una costumbre vikinga, donde la palabra lagom proviene de "laget om", expresión que dicho pueblo empleaba para especificar que había que "beber lo justo del cuerno de hidromiel para que todo el mundo tuviera una parte equitativa".
Según quienes la practica, la filosofía lagom es transversal a todos los aspectos de la vida por lo que si se quieren aplicar sus métodos o costumbres se deben trabajar las siguientes propuestas:
El equilibrio entre la vida profesional y la personal es una de las claves para lograr una conciliación plena. Poner límites al horario de trabajo y dedicar tiempo libre a otras tareas como a hacer deporte.
En el ámbito laboral los suecos practican el "fika paus", que consiste en hacer una pequeña pausa para tomar un café, hablar con los compañeros de trabajo y relajarse. Un estudio realizado por la Escuela de Negocios Hankamer de la Universidad de Baylor (Estados Unidos) en 2015 concluyó que las personas que toman descansos en el trabajo tienen más energía, concentración y motivación, y sufren menos dolores de cabeza y de espalda.
Llevar una dieta equilibrada es importante pero la filosofía lagom va más allá: el consumo sostenible, ético y local, con productos frescos y de temporada, priorizando comer solo hasta satisfacerte porque quedarse con hambre está tan mal como pasarse.
Lagom persigue la búsqueda del consenso y prioriza escuchar al otro. Las relaciones basadas en este estilo de vida fomentan la lealtad, la autosuficiencia y la capacidad de respetar el espacio de cada individuo.
La base de esta filosofía lleva a consumir menos, a respetar más los recursos y a ahorrar. Valorar lo que se tiene en vez de priorizar lo que se desea.
Aprende a desconectarse, apagar el teléfono y disfrutar de los momentos priorizando "estar" para uno mismo ayuda a reencontrarse con la vida interior. Desintoxicarse y alejarse de las redes sociales es fundamental.
Disfrutar de una vida sencilla, sin prisas y dedicar a cada tarea el tiempo que merece para disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Mantener el equilibrio el cuerpo, la mente y el espíritu ayuda a establecer los límites y cuidando aspectos esenciales como la alimentación, el sueño, el ejercicio básico o la vida social.
Los defensores de la filosofía lagom sostienen que, con este estilo de vida, se puede vivir de manera más saludable y feliz ya que se mejora el equilibrio entre la vida personal y profesional, se respeta el tiempo dedicado a aficiones y al ejercicio físico, se cuidan las relaciones sociales, y se mantiene una casa ordenada.
Además, señalan que cuando se aprende organizarse según esta filosofía y no se deja que la mente entre en una dinámica frenética, se puede llevar una vida de una manera más auténtica, aceptando y afrontando las experiencias tanto buenas como malas, y viviendo el presente.
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