La variante H3N2 subclado K marca récord de ingresos en varios centros de atención en Europa y llevó a Reino Unido a recomendar aislamiento ante síntomas.
El hemisferio norte atraviesa una situación inusual por la rápida expansión de una cepa particular de gripe estacional: la variante H3N2 subclado K. Su circulación, adelantada varias semanas respecto a lo previsto, está generando una fuerte presión sobre hospitales y clínicas, muchas de las cuales operan al límite e incluso han debido cerrar momentáneamente sus puertas por saturación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este subclado apareció entre 3 y 6 semanas antes de lo habitual, provocando un brote excepcional en países europeos como Alemania, Italia, España, Reino Unido y Francia, además de Canadá y Estados Unidos en América del Norte. El Reino Unido es el país más afectado, con un aumento interanual del 56% en ingresos hospitalarios en las últimas semanas. Ante el avance del virus, varias escuelas retomaron medidas aplicadas durante la pandemia de COVID-19, incluida la suspensión de clases en los centros educativos mas afectados, mientras que las autoridades sanitarias recomiendan nuevamente el uso de barbijo para personas con síntomas relacionados a la inusual gripe.
Este subclado presenta modificaciones en su cápside que le permiten evadir parcialmente la inmunidad natural y la otorgada por las vacunas actuales, lo que incrementa su capacidad de transmisión, sobre todo en espacios cerrados y poco ventilados. Su avance coincide con la circulación de otros virus respiratorios, como el VRS y el SARS-CoV-2, lo que dificulta el diagnóstico y aumenta la carga sobre el sistema de salud.
Los síntomas habituales incluyen fiebre alta, malestar general, dolores musculares, tos seca y una marcada sensación de fatiga. Si bien puede confundirse fácilmente con COVID-19 u otras infecciones respiratorias, los especialistas señalan que las pruebas combinadas permiten un diagnóstico preciso. Los grupos más afectados son los menores de cinco años y los adultos mayores, con picos de contagio en guarderías, escuelas y residencias de larga estadía.
Aunque no hay indicios de que genere cuadros más graves que las variantes estacionales conocidas, su rápida propagación mantiene en alerta a las autoridades. El temor es que un aumento abrupto de contagios en poco tiempo multiplique las internaciones y comprometa la capacidad hospitalaria.