El domingo comenzó, nuevamente, convulsionado en Colombia. Tras el ataque del sábado en el que murieron cinco agentes de policía, dos nuevos atentados se registraron en Barranquilla y Santa Rosa, al norte del país cafetero. Dos efectivos de la fuerza fallecieron y otros seis resultaron heridos. Una de las explosiones tuvo como objetivo un Centro de Atención Inmediata (CAI), un pequeño puesto, en el barrio Soledad 2000, en plena madrugada, según informó la misma fuerza de seguridad, citada por los principales medios locales y la agencia de noticias EFE. Al igual que con las detonaciones del sábado, ningún grupo se adjudicó la autoría.
El segundo ataque se produjo también a la madrugada, apenas pasada la medianoche, cuando desconocidos lanzaron un artefacto explosivo a la estación de Policía de la vereda Buenavista, en la localidad de Santa Rosa, al sur del departamento de Bolívar. Después de la explosión, atacantes no identificados hostigaron la comisaría por 25 minutos, según fuentes de la fuerza de seguridad, citadas por Caracol Radio.
El atentado terminó con dos policías muertos, Galviz Contreras Manuel y Posada Chavarria Ferney Alexander, y otro agente herido, Rivas Mosquera José Rosember, a quien le cayó el techo de la comisaría encima.
La ayuda tardó en llegar porque Buenavista es un lugar de difícil acceso, arriba del cerro San Lucas, donde no se puede llegar en auto.
La zona también es conocida por la fuerte presencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la mayor guerrilla del país desde la desmovilización de las FARC, y de algunas bandas criminales vinculadas a la minería ilegal.
Los dos ataques se parecen mucho al ocurrido el domingo, también a la madrugada, contra una comisaría del barrio San José, al sur de Barranquilla.
Según informó el comandante de la Policía Metropolitana de esa ciudad, general Mariano Botero, desconocidos colocaron un artefacto explosivo en uno de los muros de la estación y lo hicieron detonar en medio de una zona residencial de gran concurrencia, rodeada de viviendas, un parque y una cancha de fútbol.
Los tres atentados ocurrieron en momentos en que el acuerdo de paz con las FARC, la antigua guerrilla que lideraba la guerra con el Estado, sigue avanzando y ya ingresó en el ámbito electoral, y el diálogo de paz con el ELN entró en una nueva ronda en Quito.
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