El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, respondió a las críticas de Trump, quien denunció una “caza de brujas” contra Jair Bolsonaro, condenado por golpismo, y llamó a la Casa Blanca a retomar el diálogo.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, publicó este domingo un artículo en el diario The New York Times donde respondió a las críticas de su homólogo estadounidense, Donald Trump, quien denunció una "caza de brujas" contra el exmandatario brasileño Jair Bolsonaro, condenado por golpismo esta semana.
El mandatario brasileño se dijo " orgulloso de la Corte Suprema de Brasil por su decisión histórica del jueves" y afirmó que el proceso "no fue una 'caza de brujas'", en un texto titulado: "La democracia y la soberanía de Brasil no son negociables".
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso el arancel a Brasil en julio, citando lo que llamó una "caza de brujas" contra el expresidente Jair Bolsonaro, que en ese momento fue acusado de intentar aferrarse ilegalmente al poder.
El juicio llegó a su fin el jueves después de que un panel de jueces del Tribunal Supremo dictaminara que Bolsonaro había intentado un golpe de Estado tras su derrota electoral en 2022 frente a Lula, lo que desató temores de nuevas medidas de EE.UU. contra Brasil.
Lula dijo que estaba orgulloso de la Corte Suprema por su "decisión histórica" que salvaguarda las instituciones de Brasil, el Estado democrático de derecho y aseguró que no es una "caza de brujas". "(El fallo) se produjo tras meses de investigaciones que descubrieron planes para asesinarme a mí, al vicepresidente y a un juez del Tribunal Supremo", expresó Lula.
El líder brasileño añadió que el aumento de los aranceles era "no sólo erróneo sino ilógico", citando el superávit de 410.000 millones de dólares en el comercio bilateral de bienes y servicios que Estados Unidos ha acumulado en los últimos 15 años.
Lula interpreta que, ante la falta de argumentos económicos sólidos, el trasfondo de las medidas adoptadas por Washington es “de carácter político”. En ese sentido, alude a declaraciones de Christopher Landau, subsecretario de Estado, quien habría confirmado ante empresarios brasileños que los aranceles y la invocación de la Ley Magnitsky forman parte de una estrategia para procurar la “impunidad” de Jair Bolsonaro.
El artículo de opinión es una señal de que Brasil se prepara para más posibles sanciones tras la decisión del Tribunal Supremo. Tras el fallo del jueves, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, publicó en X que el Gobierno de Trump "responderá en consecuencia".
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil calificó los comentarios de Rubio como una amenaza inapropiada que no intimidaría al Gobierno, diciendo que el Poder Judicial del país es independiente y que a Bolsonaro se le concedió el debido proceso.
El presidente brasileño advierte que cuando Estados Unidos decide romper con una relación de más de dos siglos, ambos países se ven afectados. Deja claro que las diferencias ideológicas no deben impedir la cooperación basada en intereses comunes.
Lula finaliza su carta reiterando la disposición brasileña al diálogo sobre cuestiones que generen beneficios mutuos, con un límite infranqueable: la democracia y la soberanía de Brasil, afirma, no son materia negociable. Trae a colación las palabras de Trump en la Asamblea General de la ONU de 2017, donde el entonces mandatario estadounidense defendió el respeto a la diversidad y la coexistencia de naciones soberanas. Lula afirma que esa debe ser la base para una cooperación respetuosa y productiva entre Brasil y Estados Unidos, centrada en mejorar la vida de sus ciudadanos.