Las instalaciones del complejo deportivo Luzhnikí, en Moscú, es la base de operaciones de lo que se espera sea el primer taxi aéreo autónomo, capaz de transportar no solo personas, sino también carga.
Por ahora, sus pruebas se ejecutan bajo techo debido a que no tiene el permiso correspondiente para volar en espacios abiertos, pero sus desarrolladores trabajan para obtenerlo y cumplir así con una ambiciosa meta: que esté disponible para el público entre los años 2023-2025.
Y tan bien viene la cosa, que quienes están al frente del proyecto no descartan que los primeros pasajeros de ese sistema de transporte sobrevuelen la capital rusa en la próxima primavera boreal -otoño por estas latitudes-.
Según se indicó, si logra tener la venia de las autoridades, ese tipo de vehículos podrían probarse en cielo abierto en una zona especialmente asignada en la en la ciudad tecnológica de Skólkovo, el Silicon Valley ruso.
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