“En el relevamiento entre 2017 y 2018 pudimos establecer que hubo 1.060 ataques con burundanga, a un promedio de tres casos cada día en la Capital y Conurbano, con un aumento del 30 %”, dijo el abogado Javier Miglino.

Las autoridades policiales de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano se encuentran en estado de alerta máxima por el accionar de una banda de delincuentes que utiliza la famosa droga “burundanga” para atacar y robar. Una víctima del grupo fue una mujer de 75 años, que resultó abordada en el barrio de Belgrano, y un relevamiento sostiene que actualmente se registran tres casos por jornada en el ámbito metropolitano.

En el marco de un trabajo conjunto del Estudio Miglino y Abogados y la ONG Defendamos Buenos Aires, “se logró establecer que los ataques a mujeres con burundanga, una droga creada en Colombia a partir de la escopolamina y que ha hecho estragos en España, Francia e Italia, llegó a la Argentina de parte de criminales colombianos y ahora se conoció que drogaron y robaron a una anciana en Belgrano, Buenos Aires; se han incrementado en el último año, pasando de dos a tres casos cada día”.

Acerca del caso denunciado, trascendió que ocurrió el lunes pasado, y la víctima, una mujer de 75 años, fue abordada en la esquina de Olleros y 11 de Septiembre, en el barrio de Belgrano, cuando se dirigía al oftalmólogo. Antes de llegar al consultorio, la mujer fue frenada por una señora corpulenta, que parecía tener dificultades para hablar. Esta persona le mostró un puñado con supuestos dólares y le dijo que le quería dar ese dinero a ella porque era rica, era ‘una señora bien y tenía los ojos de la Virgen María’.

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Durante este contacto se había producido la aplicación de la burundanga, una droga que anula la voluntad, dejando a la víctima a la merced de los delincuentes. Según el relato de los familiares de la señora atacada, a los pocos minutos apareció un hombre ‘buen mozo, muy bien vestido, elegante’, que dijo ser cirujano plástico y se ofrecía a atender a la mujer de los dólares, ‘que parecía con problemas mentales’.

Con la llegada del hombre a la escena y la víctima totalmente sumisa, lograron llevarla a su domicilio, donde consiguieron, tras revolver todo, hacerse de joyas, pesos y dólares, los ahorros de toda la vida de la mujer. En el medio, también habrían tomado un café, con un gusto llamativamente salado, que habría contribuido a drogar más a la mujer.

Mientras tanto, los familiares de la señora estafada se alertaron por no lograr contactarla. La preocupación creció cuando en el consultorio oftalmológico les informaron que la paciente nunca había llegado. Ante esto, se dirigieron a la casa de Belgrano, donde encontraron a la mujer parada junto a la cama, semidesnuda e intentando ordenar bultos de ropa que estaban tirados sobre la colcha.

‘Estaba hecha un zombie, con la mirada como si estuviera perdida, pero estaba consciente. Me preguntaba por qué tenía dificultades para hablar, por qué no le salían las palabras. Y me dijo que había estado en la casa con dos personas muy buenas. Empiezo a mirar el resto de la casa y estaba dada vuelta. Le habían robado todo’, describió a Infobae una de sus hijas. Tras un llamado al 911, acudieron efectivos de la Comisaría Nº 51 y una ambulancia, que terminó por derivar a la mujer al sanatorio Otamendi, donde todavía permanece internada sin haberse recuperado totalmente.“Las víctimas -en su mayoría son mujeres- son abordadas por jóvenes que se comportan educadamente. En la mayoría de los casos se trata de colombianos, correctamente vestidos que intentan un acercamiento para entregar en mano un folleto o una muestra de perfume impregnados con la sustancia. En el último tiempo y ante nuestras denuncias, se han incorporado mujeres colombianas. De ese modo, una pareja despierta menos sospechas, tal como le ocurrió a la anciana del barrio de Belgrano”, dijo Javier Miglino, director de Defendamos Buenos Aires.

¿Cómo se presentan los ataques? ‘Los depredadores que no solo roban sino también violan, en algunos casos, a sus víctimas están en la calle Florida, a lo largo de la avenida Corrientes, en avenida Santa Fe y Callao, y en Cabildo y Juramento y en Monroe y Libertador; pero también en la puerta de los shopings como Alto Palermo y Alto Avellaneda. En general son hombres de entre 25 y 35 años. Morenos y de origen colombiano y en el último tiempo también mujeres de la misma nacionalidad. Llevan a cabo una actuación, oficiando de empleados que entregan desde folletos de tarot hasta chucherías de escaso valor como aros y pulseras o muestras de perfumes para que las chicas y mujeres se prueben, en una parodia de venta’, explicó sobre la modalidad el abogado Javier Miglino.

“En causas judiciales que están investigando los robos y abusos sexuales perpetrados por los chacales de la burundanga, tanto en Capital Federal como en la Provincia de Buenos Aires, se pudo constatar mediante pericias químicas que los folletos, la bijou y los cartoncitos con muestras de perfume están impregnados con burundanga. Los ladrones que siempre saben de qué lado tomar el producto para no intoxicarse, entregan el producto a la víctima, esperan un momento y vuelven. Como ésta comienza a sentirse mal y sentirse mareada, porque la escopolamina tiene el efecto principal de anular la voluntad y el efecto secundario de borrar la memoria de corto plazo; no tienen más que preguntarle donde viven, encaminarse hasta el lugar, robar, violar y luego desaparecer sin dejar rastros y ni siquiera un recuerdo en la mayoría de los casos’, dijo Miglino.

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