Federico Legeard es vecino de Florencio Varela, tiene 24 años y desde hace 4 padece cuadriplejia por culpa de un delincuente, que fue partícipe del fatídico robo en el que recibió un disparo en el cuello que lo condenó de por vida a movilizarse en una silla de ruedas, delito por el que, esta semana, el malviviente recibió una pena de tan sólo 10 años de prisión que provocó profunda resignación en la víctima, quien aseguró que se siente "defraudado" por la Justicia.
"A este chico (por su agresor) lo condenaron a 10 años cuando a mí los daños son para toda la vida", lamentó el joven, a pocos días de que el Tribunal Oral Criminal (TOC) N° 4 de Quilmes diera a conocer el polémico fallo.
Para el ahora condenado -identificado como Mario Jiménez, alias El Monito- el fiscal del juicio había solicitado la pena de 20 años de cárcel. Sin embargo, los jueces dictaminaron la mitad de la condena requerida bajo los cargos de "homicidio en grado de tentativa, en concurso ideal con robo agravado por uso de arma de fuego". Fue resultado inesperado y angustiante para la familia Legeard.
"A ellos no les importa quitarle la vida al semejante, tienen un desprecio total de la vida", señaló Federico en relación a sus atacantes. De acuerdo a lo que se ventiló en el juicio, fueron dos los ladrones que, el 20 de agosto de 2015, lo balearon en Florencio Varela para robarle la moto. Uno de ellos fue Jiménez, aunque no se logró acreditar si él fue el autor del disparo. Su cómplice, en tanto, habría muerto un tiempo después en un enfrentamiento.
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Pese al golpe que le dio la vida, Federico no abandona sus sueños y, con el apoyo de su familia, busca su progreso individual y se propuso terminar el secundario."Quisiera ser profesor de Historia más adelante, me gusta la Edad Media, lo referida a la Inquisición, las indulgencias papales", contó en diálogo con Data Judicial.
Asimismo, el joven -que vive en una casa del Complejo de Villa Del Plata- no ocultó su pasión por Boca Juniors y contó que uno de sus sueños es ver un partido del club de sus amores en la mítica Bombonera.