La mujer fue condenada por un homicidio, ocurrido en 2017, y ahora quedó nuevamente detenida por ejercer violencia contra su actual esposo.
Julieta Silva, la mujer que fue condenada por atropellar y asesinar a su novio, el rugbier Genaro Fortunato, a la salida de un bar en 2017, fue imputada y detenida por ejercer violencia contra su actual esposo Lucas Giménez.
Pocas horas después de que se conociera la noticia, Silva habló con Mediodía Noticias, por El Trece, donde ofreció una escueta declaración sobre lo sucedido.
“No pasó más que una discusión, pero mi nombre pesa. Solo eso voy a decir”, afirmó, sin hacer referencia a las marcas físicas que presentaba su esposo.
Tampoco brindó detalles sobre la denuncia que ella misma presentó contra Giménez en la Unidad Fiscal de Violencia de Género, información que fue confirmada a TN por fuentes judiciales. Ambos casos están siendo analizados en simultáneo por las autoridades judiciales.
De acuerdo al comunicado emitido por el Ministerio Público Fiscal de Mendoza y al que accedió la Agencia Noticias Argentinas, la víctima radicó una denuncia por agresiones contra Silva, con quien tiene una hija de un año y está casada.
En este contexto, la sospechosa quedó detenida con prisión domiciliaria y monitoreada con una tobillera electrónica, a cargo del cuidado de la menor, al tiempo que se la Justicia la notificó de la imputación en su contra por el delito de "lesiones agravadas por el vínculo".
El escrito sostiene que la Policía concurrió a la vivienda del marido y corroboraron la existencia de lesiones (una escoriación y una tumefacción), por lo que se le impuso una restricción de acercamiento a la acusada mientras se aguardan la toma de testimonios y los análisis solicitados al Cuerpo Médico Forense.
A su vez, Silva radicó una denuncia en la Unidad Fiscal de Violencia de Género, que fue incorporada al expediente en curso, añadió el comunicado.
El 9 de septiembre de 2017, Silva, de 36 años, embistió y asesinó a Genaro Fortunato, a la salida de un lugar conocido como "La Mona Bar" en la ciudad mendocina de San Rafael. El muchacho de 25 años falleció como consecuencia de un aplastamiento de cráneo, según reveló la autopsia.
La asesina recibió una pena de tres años y nueve meses de cárcel por "homicidio culposo agravado" y otros ocho años de inhabilitación para conducir.
Los querellantes habían solicitado 14 años de cárcel al entender que no se trató de un accidente, hecho que fue considerado por los magistrados Rodolfo Luque, Julio Bittar y María Eugenia Laigle.
Al parecer, el joven intentó detener la salida intempestiva de su novia del lugar tras una discusión, pero al colgarse del auto, la mujer giró en "u", lo atropelló y lo mató en el acto.
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