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En el primer día del juicio por la muerte de Mónica Garnica Luján, su pareja y padre de sus tres hijos, Angel Miguel Saracho, admitió haberle tirado alcohol a la mujer pero negó que la haya quemado
"Estábamos discutiendo, agarré un frasco con alcohol, se lo tiré encima de la ropa que ella sacó del placard y se prendió fuego, pero después ella se tiró arriba de las llamas y se quemó, yo no lo hice directamente”. Angel Miguel Saracho dio su versión sobre el ataque a su pareja Mónica Garnica Luján, la joven que agonizó durante un par de semanas hasta que se produjo su deceso, debido a las graves heridas que sufrió en su cuerpo y vías respiratorias. El imputado por el “homicidio calificado” comenzó a ser juzgado ayer y se especula que luego de las declaraciones de los testigos, pericias e informes médicos podría ser condenado a prisión perpetua.
La víctima, de entonces 25 años, vendedora en un mercado de Quilmes y estudiante para instrumentadora quirúrgica en la Universidad Nacional “Arturo Jauretche” de Florencio Varela, sufrió la agresión, que resultaría mortal, en la casa en la que convivía con el padre de sus tres hijos en la calle 116 entre 2 y 3 de Berazategui, en la noche del 23 de diciembre de 2017 y sufrió quemaduras en el 55 por ciento del cuerpo. Si bien la derivaron de urgencia al hospital Evita Pueblo y luego debido a la gravedad de su estado de salud, trasladada al hospital Del Quemado, en el barrio porteño de Caballito, donde agonizó hasta que falleció el 10 de enero de 2018.
Con carteles y remeras con la foto de Mónica Garnica Luján, exclamando “Fue Femicidio”, un grupo de familiares, amigos y militantes sociales estuvieron presentes en el inicio del juicio que está a cargo del Tribunal Oral Criminal Nro. 2 de Quilmes, al que Saracho (26) llegó detenido con prisión preventiva y alojado en una unidad penal de Florencio Varela.
Según contó el acusado, hubo una discusión entre la pareja que culminó cuando ella sacó de un placard su ropa y la tiró al piso. En esas circunstancias, tomó un frasco de alcohol con el que roció las prendas de vestir e inmediatamente las prendió fuego, tras lo cual negó que la haya quemado directamente. Al respecto, sostuvo que fue su pareja quien se arrojó sobre las llamas y a raíz de ello se comenzó a prender fuego, aunque enseguida sus familiares la socorrieron.
Sin dudas, esta versión, casi inverosímil, que ofreció Saracho ante el Tribunal se contradijo con la de algunos testigos que declararon, respondiendo a las preguntas del fiscal Sebastián Videla y de la abogada de la familia Garnica, Claudia Perugino, representando a la querella, junto a su colega Carlos Zimerman. Por ejemplo, Celeste Coria, quien concurría a una iglesia evangélica junto a la víctima, aseguró que antes de este hecho la había acompañado a la Comisaría de la Mujer de Berazategui a realizar una denuncia por ‘lesiones’ contra Saracho. Otro testigo, Héctor Lizardo, quien acompañó al acusado y a su pareja en la ambulancia tras sufrir las quemaduras, contó que “me dijo que se había puesto celoso, porque vio unas fotos en el teléfono celular de ella, tras lo cual le quemó la ropa y la tiró’.
Durante la instrucción del caso, cuya investigación fue encabezada por la fiscal Gabriela Mateos, el imputado se negó a declarar, aunque ante un grupo de efectivos policiales habría negado que la haya prendido fuego de manera directa o intencional. De todas maneras, argumentó que el incidente estuvo precedido por una pelea a gritos, luego que le habría descubierto una serie de fotos comprometedoras a su pareja, a quien acusó de haberlas enviado a un compañero de la facultad. El ataque no tuvo testigos presenciales, ya que los tres hijos de la pareja se encontraban en la casa de sus abuelos maternos.
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