El malestar fue expresado por distintos funcionarios y dirigentes del amplio abanico oficialista esta semana: desde Juan Grabois hasta el gobernador bonaerense, Axel Kicillof y el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo. En ese sentido, manifestaron la preocupación que existe por la subida de los precios.
El motivo de las subas es adjudicado a distintas variables: desde el descongelamiento de las tarifas, las microdevaluaciones que hace el Banco Central para equilibrar el dólar oficial con el blue, así como también al ciclo de suba de las commodities a nivel internacional, lo que repercute en una espiral inflacionaria interna.
Grabois, que cuestionó duramente la política económica del gobierno y la poca capacidad de intervenir en los sectores de poder, aseguró que para controlar los precios es necesario "cambiar el modelo agrario".
"La situación se va degradando. Lo peor que podemos hacer es acostumbrarnos a esta precariedad y de mal desarrollo. A medida que avanza el agrocapitalismo más salvaje, suben los precios de los commodities, a estos tipos les va a bárbaro y al pueblo le va cada vez peor", subrayó Grabois.
El dirigente social consideró que, por la suba de los precios, "en el país del trigo no se puede comer pan" y "en La Pampa de las vacas no se puede comer carne".
Por su parte, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, aseguró ayer que "el problema más grande que tiene el país actualmente es el aumento del costo de los alimentos", por lo que se está evaluando "un aumento" de los beneficios de la tarjeta Alimentar.
"El problema más grande hoy es el costo de los alimentos, por eso evaluamos un aumento en el valor de la tarjeta alimentar. Se ha complicado la calidad nutricional, se está comiendo mucha harina", subrayó Arroyo.
Kicillof, en tanto, aseguró que comparte la preocupación de la gente por el aumento de los precios y manifestó que es necesario apuntalar la demanda para generar una verdadera reactivación económica.
"El precio de la carne, el pan, el aceite, las tarifas y los combutibles tienen que ser mirados con muchísimo detalle", manifestó el mandatario provincial.
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La fuerte suba que registró el precio de la carne a lo largo de 2020 respondió esencialmente a una búsqueda de mayor rentabilidad por parte de los principales actores de la cadena tras el freno registrado en los primeros meses de la cuarentena, en un contexto en el que el consumo local además disminuyó, afirmó ayer la economista Florencia Gutiérrez, del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
"Solo en diciembre la carne aumentó en promedio 20%, y en términos anuales un 75%", detalló Gutiérrez en diálogo con Radio 10, tras lo cual resaltó que incluso uno de los cortes más populares, como lo es el asado, "registró una suba del 99% en el último año, porque pagamos la comida internamente que producimos acá con precios internacionales".
La economista afirmó que el aumento no se justifica, "porque si bien se ha ido moviendo el tipo de cambio oficial, e incluso el precio de los combustibles luego del descongelamiento, y eso puede remarcar un poco el precio, nada de esto justifica que haya un aumento del 75%".
"Esto solo es parte de querer obtener cierto margen de rentabilidad perdido en el año, porque además el consumo está en un nivel muy bajo, no existe una alta demanda que lo explique", agregó.
Explicó que el pasado año tuvo una dinámica particular en lo referido al comportamiento de la inflación, la que "durante abril, mayo y junio de desaceleró, al existir precios muy regulados, e incluso precios como los de la canasta básica que si bien no estaban regulados, sí existía un acuerdo fuerte con precios máximos que permitía mantener cierta estabilidad, algo que cambió en los últimos meses en que se observó una aceleración en los productos más sensibles".
En ese sentido, señaló que "en diciembre la exportación de carne aumentó fuertemente, y en el caso de un mercado como el chino, se observó una demanda mucho mayor debido a una necesidad de reposición de stock luego de un año en que el comercio internacional estuvo muy parado, lo que terminó encareciendo también el mercado interno".
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