¿El Gobierno pasa del ajuste de shock al gradualismo?/ Por Candelaria de la Sota

La medida trajo alivio a los usuarios y sorpresa a las empresas energéticas que no sabían absolutamente nada de la sorpresiva decisión del Gobierno. Es más, estaban al tanto de que los entes reguladores (ENRE y Enargas) le habían enviado ya los nuevos cuadros tarifarios a la Secretaría de Energía. Pero allí quedaron, porque nunca se publicaron en el Boletín Oficial.

¿Cambio de estrategia?

La sorpresiva decisión del Gobierno llamó la atención de quienes siguen de cerca cada movimiento económico del equipo que lidera Caputo, y entre economistas y consultores circuló una sola pregunta esta semana: ¿pasamos del ajuste feroz al gradualismo similar al que aplicó Mauricio Macri en su gestión?

Al parecer así será de ahora en adelante, ya que el haber alcanzado el superávit fiscal le permite al Gobierno concentrarse en un único y central propósito: controlar la inflación. Para eso, es necesario tomar medidas que incluso van en contra del espíritu definido al comienzo del gobierno de Javier Milei, como poner un tope a la suba de precios de las prepagas o patear para adelante los ajustes tarifarios del gas y la electricidad.

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Prioridad: bajar la inflación

“Porque estamos cómodos en lo fiscal, priorizamos bajar la inflación y no cargar más con gastos de momento a la clase media”, explicó Caputo en la red social X.

El Gobierno dejó así bien en claro que su principal objetivo hoy por hoy es bajar la inflación, ya que tiene claro que en los primeros dos meses de gobierno los salarios perdieron casi la quinta parte de su capacidad de compra.

Ilusionados con los pronósticos que aseguran que la inflación de abril será de un dígito, en Economía incluso se permiten soñar con que estará más cerca del 8% que del 9%. Y se basan en un dato más que alentador: la inflación núcleo (core) del mes pasado habría estado en torno al 5%.

Las principales consultoras vislumbran una suba de precios por debajo del 11% que dio -en promedio- el mes de marzo. Para el Estudio Ferreres la inflación de abril se ubicó en el 9,6%, para la Fundación Libertad 8,4% y para EcoGo 8,9%. La última vez que hubo inflación de menos de dos dígitos fue en octubre pasado, cuando el índice de precios al consumidor (IPC) dio 8,3%.

En sintonía con el Ministerio de Economía, el Banco Central decidió esta semana volver a bajar la tasa de referencia de 60% a 50% anual. La medida que tomó el directorio del BCRA implica que los bancos le ofrecerán menores rendimientos a sus clientes cada vez que estos quieran constituir un plazo fijo, lo que se ubicará en torno al 4% mensual. Sin embargo, esta decisión también implica que los bancos le cobrarán a sus clientes menos intereses por los créditos que quieran tomar. Y en estos momentos son más los clientes que necesitan pedir prestado que los que pueden ahorrar.

“No queremos que nada suba”, bromeó una fuente del Gobierno. Se refería a las tarifas de luz y gas, al precios de los combustibles, a las tasas de interés y, claro está, a la inflación. Claro que para eso hubo que desacelerar el ritmo del ajuste de shock y pasar a este “gradualismo macrista” que sorprendió a propios y extraños.