El legislador neuquino había pedido “la pena de muerte” para la ex vicepresidenta Cristina Fernández Kirchner. Tiene buen vínculo con la ministra de Seguidad, Patricia Bullrich, y fue apoyado también por Victoria Villarruel.

Francisco Sánchez, ex diputado nacional de Neuquén por Juntos por el Cambio, estará a cargo de la Secretaría de Culto del gobierno de Javier Milei. Reemplazará a Guillermo Oliveri.

Sánchez, que buscó renovar su banca en el Congreso de la Nación apoyando a la candidata a presidente Patricia Bullrich, había sonado en las últimas semanas como parte del gabinete presidencial.

De un estilo frontal particular y de perfil provida, el neuquino llegará al gabinete nacional por un fuerte impulso de la vicepresidente Victoria Villarruel, quien le propuso ocupar ese cargo, que está bajo la tutela de la canciller, Diana Mondino.

La definición de Mondino se da horas después de que el Papa Francisco recibiera al ex presidente Alberto Fernández en Roma

En los últimos meses, la vicepresidenta empezó a robustecer sus conversaciones con la Iglesia católica. El presidente Javier Milei, de todos modos, también dio su visto bueno. En ese rubro, recibe consejos permanentes por parte del diputado Santiago Santurio, muy relacionado con parte de la Iglesia.

La secretaría de Culto fue en el último tiempo objeto de todo tipo de especulaciones porque desde el Vaticano y desde los distintos credos reclamaban que se nombrara pronto una autoridad por parte de la Cancillería.

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Culto depende de la Cancillería y se encarga de la "formulación de políticas referidas a las relaciones del país con la el Vaticano y con la Soberana Orden de Malta". También tiene a cargo la "centralización de las gestiones que ante las autoridades públicas hiciera la Iglesia" y asesora a funcionarios en cuestiones de índole religiosa.

El ex diputado saltó a la fama durante la pandemia, cuando festejó la puesta en escena con bolsas mortuorias en Plaza de Mayo con carteles identificatorios de dirigentes del kirchnerismo, una acción callejera que fue repudiada por parte del arco político. Pero Sánchez fue un paso más cuando pidió la “pena de muerte” para la ex presidenta Cristina Kirchner en el marco del alegato del fiscal Diego Luciani por el juicio de la obra pública: había presentado un proyecto de ley con esa iniciativa. Finalmente, se retractó.

También en época de pandemia, reclamó que "todos los que insisten con la vacunación obligatoria, sobretodo hacia niños, que firmen un documento haciéndose cargo de los posibles efectos adversos".

Finalmente, en relación con la legalización del aborto, el ex integrante del Congreso Nacional, a la hora del tratamiento, consideró que “es un proyecto que choca contra el derecho natural que sustenta el orden de las cosas. Nuestra cultura tiene una tradición muy orgullosamente cristiana”.

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