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Miguel Braun le presentó al norteamericano un "amplio informe" con los fundamentos por los cuales las ventas argentinas de acero y aluminio producidos en la Argentina a la primera potencia mundial no representan un "riesgo para la seguridad nacional"
El secretario de Comercio, Miguel Braun, le pidió ayer formalmente a su par de los Estados Unidos, Wilbur Ross, que la Argentina quede “exceptuada” de los nuevos aranceles impuestos por el gobierno norteamericano a la importación de acero y aluminio.
Las trabas impactan sobre unos 770 millones de dólares anuales de exportaciones que realiza la Argentina a Estados Unidos.
Fuentes oficiales confirmaron que el funcionario nacional le presentó al norteamericano un “amplio informe” con los fundamentos por los cuales las ventas argentinas de acero y aluminio producidos en la Argentina a la primera potencia mundial no representan un “riesgo para la seguridad nacional” de la potencia del norte. Ese fue el argumento con el cual la administración de Donald Trump emitió dos proclamas en las que estableció un arancel adicional del 25% a la importación de productos derivados del acero y un 10% a los del aluminio.
“Tuvimos una recepción positiva al argumento argentino de que sus exportaciones de acero y aluminio no son una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos”, dijo Braun durante una conferencia de prensa en la embajada argentina en Washington, según pudo saberse.
La reunión en Washington giró alrededor de dos ejes: conocer los cambios implementados por Estados Unidos y, a partir de eso, trabajar para demostrar que la Argentina no representa una amenaza para su mercado.
El presidente Mauricio Macri había llamado el viernes último a Trump para tratar de convencerlo de exceptuar a la Argentina. Es que la aplicación de estos aranceles impacta, por ejemplo, en forma directa sobre exportaciones de tubos de acero sin costura para uso petrolero, que en 2017 totalizaron 220.000 toneladas.
Los tubos para uso petrolero exportados a Estados Unidos, muchos utilizados en pozos no convencionales, son un producto de altísimo valor agregado y competitividad global y complementan la producción de Estados Unidos en este rubro.
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