El debate entre la suma fija -pedida por la vicepresidenta y algunos sindicalistas- y el bono, propuesto por el jefe de Estado, consumió muchas palabras. Finalmente, Alberto Fernández impuso su idea.

Luego de mucho analizarlo y debatirlo, el Gobierno resolvió otorgar por decreto un bono de fin de año. Serán dos en realidad. El primero, el que pagarán los empleadores del sector privado, será de $ 24.000 y lo recibirán todos los trabajadores que estén registrados y cobren menos de $ 180.000 en bruto, es decir, menos de $ 145.000 en mano. El segundo, será un bono de $ 13.500 para los beneficiarios del programa Potenciar Trabajo. A éste lo pagará el Estado y lo recibirán quienes tienen ese plan social la semana entre Navidad y Año Nuevo.

La decisión de "obligar" al sector privado a pagar esos $ 24.000 extras junto con el aguinaldo se tomó después de muchas discusiones en el seno del Gobierno. El reclamo de una "suma fija" por parte de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner -que fue apoyado por varios sindicalistas, entre ellos Pablo Moyano- no convencía al presidente Alberto Fernández, quien se opuso de entrada a la "suma fija", una modalidad que implicaría que ese extra llegara para quedarse.

"Las paritarias han tenido en cuenta toda esa realidad. La verdad es que intervenir con una suma fija, a los salarios bajos, también genera muchos problemas en muchos lugares. Porque los salarios más bajos están en los municipios y los pequeños comercios", señaló el Presidente semanas atrás refiriéndose a la suma fija. Por eso, en Gobierno, siempre hablaron del "bono", un pago extra que se hace por única vez.

Así, luego de mucho análisis y discusiones en la Casa Rosada, Alberto Fernández decidió otorgar este bono, que apunta a ponerle plata en el bolsillo a quienes menos ganan. De esta manera, las fiestas de fin de año encontrarán a los trabajadores que están en blanco con algo más de plata en el bolsillo, porque ese plus se suma al cobro del aguinaldo que también se recibe este mes, días antes de la Navidad.

Según estiman en el Gobierno, estos $ 24.000 extras los recibirán cerca de 3,5 millones de trabajadores del sector privado (no lo cobrarán ni monotributistas, ni autónomos, ni empleados en negro), ya que según el último informe del Ministerio de Trabajo, la mitad de los 6,5 millones de trabajadores privados percibió en septiembre un salario menor a los $ 160.000.

Para que la medida no impacte tanto en las Pymes, la mitad de lo que pague cada empresa podrá ser deducible en un 100% del impuesto a las Ganancias. De esta manera, el Estado asumirá la liquidación de la mitad del monto total. Para acceder al programa, el único requisito será presentar una declaración jurada.

El otro bono, de $ 13.500, será destinado a beneficiarios del plan Potenciar Trabajo, con 4,4 millones de inscriptos. Para cobrarlo, los interesados tendrán que realizar la correspondiente validación de su identidad.

Con esta medida, el Gobierno apunta a llegar a fin de año con menos reclamos sociales en la calle y con un mejor humor en algunos sectores sociales, especialmente aquellos a los que la inflación los golpeó más duramente porque las paritarias que consiguieron no fueron suficientes para compensar la suba de precios.

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