Advirtió un déficit inminente, comparó partidas con la otra Cámara y reforzó vínculos religiosos en una actividad oficial.
A pocos días del cierre del año, la tensión interna en la cúpula del poder volvió a quedar expuesta, en este caso, la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, expresó su incomodidad por la situación financiera del cuerpo legislativo que conduce y dejó mensajes que fueron leídos como un pase de factura hacia el Ejecutivo nacional.
Tras una actividad institucional en el Congreso, la titular de la Cámara Alta hizo público su reclamo por la falta de recursos y explicó el escenario con una frase contundente: “A partir de diciembre estamos entrando en rojo, y eso que nos hemos administrado austeramente”.
En ese marco, profundizó su cuestionamiento al detallar irregularidades en la asignación presupuestaria. “No pasó nunca que haya un cero en uno de los incisos. Máxime, cuando Diputados sí lo tiene reconocido”, sostuvo ante periodistas acreditados, marcando una comparación directa con la otra Cámara.
Crece aún más la distancia entre el presidente Milei y Victoria Villarruel.
De acuerdo a lo informado por Noticias Argentinas, la vicepresidenta detectó una brecha significativa en los fondos destinados a “Bienes de uso” y “Bienes de consumo” respecto del área que conduce Martín Menem, motivo central de su malestar. Desde el entorno presidencial, en tanto, buscaron bajar el tono de la polémica y señalaron que se está trabajando en una readecuación de partidas que permitiría normalizar la situación en el corto plazo.
En paralelo a la discusión presupuestaria, la dirigente encabezó la inauguración del Oratorio Santa María Antonia de San José “Mamá Antula” en el Senado, en la previa de la Nochebuena. La ceremonia contó con la bendición del monseñor Pedro Cannavó y la presencia del nuncio apostólico Miroslaw Adamczyk.
“Este será un espacio de recogimiento y fe para quienes transitan nuestra casa”, expresó en redes sociales. El gesto no pasó desapercibido, se dio en un contexto de frialdad entre la Iglesia Católica y el presidente, quien mantiene distancia pese a pedidos formales de audiencia, mientras sí multiplicó encuentros con referentes evangélicos y de la comunidad judía durante el último año.
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